El presidente de Rusia, Vladimir Putin, realizó hoy un visita sorpresa a la ciudad de Volgogrado, en el sur del país, donde en los últimos días dos atentados costaron la vida a más de 30 personas.
Tras aterrizar en esta ciudad ubicada a 1.000 kilómetros al sur de Moscú, Putin dijo que conversará con las autoridades locales sobre la lucha contra el terrorismo. Aseguró además, según informó Interfax, que no existe justificación alguna para este tipo de "crímenes abominables" e insistió en que se iba a perseguir a los autores de los atentados.
En su discurso de Año Nuevo Putin amenazó a los terroristas con su "aniquilación total".
En el lugar en el que un terrorista suicida hizo volar por los aires un trolebús, Putin colocó hoy una corona de rosas rojas. El presidente permaneció en el lugar varios minutos para conversar con los lugareños y contempló las numerosas velas encendidas. Posteriormente visitó a algunos de los heridos graves en el hospital.
En los atentados con bomba contra un vehículo de transporte y la estación de trenes de Volgogrado el domingo y el lunes murieron en total 34 personas y otras 72 resultaron heridas.
Ambos ataques, perpetrados con apenas 24 horas de diferencia, causan preocupación sobre todo con vistas a la seguridad de los Juegos Olímpicos de Invierno, que comienzan dentro de cinco semanas en Sochi, una ciudad balneario a orillas del mar Negro.
Los islamistas en el conflictiva región del Cáucaso Norte han amenazado con perturbar los juegos. Los Juegos Olímpicos de Invierno están considerados un proyecto con el que Putin busca también prestigio. Volgogrado, que hasta 1961 se llamaba Stalingrado, está situada a unos 700 kilómetros de Sochi. Por el momento nadie ha asumido la autoría del atentado.