El presidente ruso, Vladimir Putin, festejó el triunfo de la Armada Roja sobre las fuerzas nazi-fascistas en 1945 con un desfile en la Plaza Roja de Moscú lleno de símbolos patriotas.
En el desfile participaron unos 11.000 militares al son de marchas y canciones nacionalistas que demostraban su poderío militar con decenas de tanques, lanzacohetes, misiles balísticos intercontinentales Topol-M y el sobrevuelo de 70 aviones, entre ellos varios gigantescos bombarderos estratégicos con capacidad nuclear, según apunta la agencia AP.
Un lazo naranja y negro se destacaba en el pecho del mandatario ruso, colores que simbolizan la victoria sobre el nazismo y que los separatistas han utilizado el último tiempo en pleno conflicto con Ucrania.
Una nota de BBC Mundo plantea que Putin nunca ha escondido su intención de restaurar el poderío ruso, es por ello que "restauró los símbolos soviéticos como el himno nacional y los emblemas y elogió el triunfo soviético en la Segunda Guerra Mundial. Pero también adoptó algunos objetivos de la era presoviética".