El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se puso el traje de buceador y se sumergió en las aguas frente a la península de Crimea para ver la antigua ciudad griega de Fanagoria y sus riquezas arqueológicas.
En los últimos años Putin las ha oficiado de ballenero, cazador, piloto de avión y de fórmula uno, bombero y motero.
"La humanidad estará interesada en conocer que contamos con éstas riquezas. Creo que vendrá gente de todo el mundo", dijo Putin tras regresar a la superficie en lo que dijo que había sido la tercer sumersión de su vida, según las agencias rusas.
Como si se tratara de Indiana Jones, Putin regresó a la superficie con dos vasijas, que supuestamente encontró casualmente a unos dos metros de profundidad en el yacimiento, cuyos trabajos de restauración están financiados por Sociedad Geográfica Rusa. "Un Tesoro! El jefe de la expedición dice que son del siglo VI después de Cristo", dijo el dirigente ruso sonriente con las dos piezas mohosas en la mano dirigiéndose a los numerosos periodistas congregados en la orilla.
Además, abogó por construir un museo para conservar los restos arqueológicos y promover el turismo, una de las prioridades del Gobierno ruso.
Fanagoria, la colonia griega más grande de la zona y que fue fundada en el 2.500 antes de Cristo, fue descubierta en el siglo XVIII, cuando los exploradores hallaron columnas con referencias a la diosa Afrodita.
Recientemente, se encontró una inscripción que alude a la existencia de una sinagoga de en torno al año 51 después de Cristo en la ciudad, que fue invadida por los antiguos pobladores de Rusia en el siglo X.
El primer ministro ruso, quien siempre fomentó una imagen de dirigente duro y deportista aficionado al judo y esquí, ha sido mostrado en los últimos tiempos por la televisión rusa como un intrépido hombre de acción en diferentes rincones del país.
A falta de menos de seis meses para las elecciones parlamentarias de diciembre, Putin aún no ha confirmado si seguirá en el puesto de primer ministro o presentará su candidatura a los comicios presidenciales de marzo de 2012.
Su popularidad ha caído a mínimos históricos, motivo por el que con el fin de agrupar a todas las fuerzas patrióticas de la sociedad creó recientemente el Frente Popular, que ha sido comparado ya por su intento de monopolizar el poder con el Partido Comunista de la Unión Soviética.