A principios de los '60 se teorizó sobre la existencia de una partícula nunca antes vista, el llamado bosón de Higgs, que sería la pieza clave para entender cómo se formó la materia que existe en el Universo.
A este mecanismo se le atribuye la propiedad de atraer y mantener juntas al resto de partículas elementales que conforman la materia visible del Universo y es "una parte central" del llamado Modelo Estándar de la Física, un conjunto de reglas matemáticas que permiten entender cómo todas las partículas interactúan entre sí.
Sin masa, las partículas serían tan veloces como la luz, por lo que no habría acumulaciones, y por lo tanto tampoco átomos, y sin ellos nada de lo que conocemos: personas, árboles, planetas ni el Universo.
"La idea es que hay partículas que chocan permanentemente con bosones de Higgs. Estos choques frenan su movimiento, que se vuelve más lento, y le dan la apariencia de una masa", señala el físico y filósofo Etienne Klein.
Esta partícula, planteada de manera independiente por Peter Higgs junto a François Englert y Robert Brout (este último falleció el 2011) fue intensamente buscada durante casi medio siglo, hasta que el 4 de julio del año pasado la Organización Europea para la Investigación Nuclear (Cern), anunció el hallazgo con un 99,9% de fiabilidad de esta partícula, un evento catalogado como "histórico", pues hasta ese momento era considerado como uno de los grandes enigmas de la física.
La hazaña se logró gracias al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que funciona en las dependencias del Cern en Ginebra, y al trabajo de 3.000 científicos de 38 países y más de US$ 9 mil millones en inversión. En este, el mayor acelerador de partículas del mundo que empezó a funcionar el año 2008 y cuenta con un anillo de 27 kilómetros construido bajo tierra, se produjeron los choques de alta energía de protones, con el fin captar el bosón de Higgs.
En este anuncio, uno de los invitados de honor fue precisamente Peter Higgs, quien se mostró emocionado la presentación de los resultados. "No tenía idea de que esto sucedería mientras estuviera vivo", señaló en aquella oportunidad el científico de 84 años.
Por qué se le llama "partícula de Dios"
El bosón de Higgs también es conocido popularmente como la "partícula de Dios", pues su existencia explica cómo la materia obtuvo masa tras el Big Bang.
Aunque nada tiene que ver con religión, el nombre fue acuñado hace dos décadas, cuando Leon Lederman -premio Nobel de Física en 1988 por su trabajo sobre los neutrinos-, escribió un libro denominado "The Goddamn Particle: If the Universe is the Answer, What is the Question?" ("La Partícula Maldita: Si el Universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?"), donde en alguno de sus capítulos se hablaba sobre esta esquiva partícula.
Pero los editores encontraron que el término "maldita" era demasiado controvertido y lo cambiaron a "The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question? (La partícula de Dios: Si el Universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?"), naciendo allí el nombre por el que el bosón de Higgs es popularmente conocido.