¿Qué pasa con Max Marambio en Cuba?
En la ofensiva impulsada contra Marambio y sus compañías en Cuba hasta ahora hay muchas preguntas sin respuetas. Lo que no está en duda es que el empresario perdió su sitial de influencia en La Habana y que sus problemas se dan tras cambios en las esferas de poder del régimen, de la mano del menor de los Castro.
La última vez que el empresario Max Marambio estuvo en La Habana fue el 8 de noviembre pasado y permaneció 24 horas. En ese momento, Marambio estaba enfrentando dificultades en sus empresas, derivadas del "corralito" decretado por las autoridades cubanas a las compañías extranjeras por falta de liquidez. Pero al parecer no había indicios de que sus relaciones con el régimen cubano entrarían en una etapa crítica, que ahora hacen poco probable su regreso al país donde durante muchos años fue considerado el extranjero más influyente y más cercano a Fidel Castro.
Fue en 1966 cuando Marambio viajó por primera vez a La Habana acompañando a su padre, el diputado socialista Joel Marambio, y al senador Salvador Allende. Tenía 17 años y, aunque no integraba la comitiva parlamentaria chilena de apoyo a Cuba, lo llevaron a una cena en el restaurante 1830 con el líder cubano. "Suponía que ni siquiera me había notado, pero casi al momento de despedirse, (Fidel) se volvió hacia mí y, como quien reanuda una vieja conversación, me preguntó: "Y tú ¿por qué no te quedas a estudiar con nosotros?", relató Marambio en su libro de memorias, Las armas de ayer. En febrero de 2009, el líder cubano escribió una columna elogiando el texto: "Juro que si tuviera dinero haría una impresión masiva de este libro".
El joven chileno se quedó en La Habana e ingresó a Tropas Especiales, la fuerza militar de elite bajo el mando de Fidel Castro, y que muchas veces tendría fuertes pugnas con las Fuerzas Armadas regulares bajo el control de Raúl Castro. Este último no veía con buenos ojos una fuerza paralela. Tropas Especiales sería disuelta en 1990, tras la caída en desgracia del Ministro del Interior José Abrantes.
En 1974, tras salir exiliado de Chile, el ex jefe del GAP retornó a La Habana y se reintegró a Tropas Especiales, donde ascendió hasta teniente coronel y recibió cuatro de las más altas condecoraciones del régimen. Fidel Castro le encomendó en 1978 junto a otros oficiales montar la empresa Cimex, una de las primeras experiencias de libre mercado en la isla y el punto de partida de Marambio en el mundo empresarial, la que tendría un salto definitivo en los 80, cuando impulsó su primer negocio: el criadero de gansos La Oca. Más tarde, Marambio abandonó la isla y se radicó en Europa, donde emprendió otros negocios. A fines de los 80 inició sus inversiones en Cuba, al asociarse con el empresario chileno Carlos Cardoen en la empresa productora y comercializadora de jugos y lácteos Tropical Island, antecesora de la compañía mixta Río Zaza.
Los problemas
La difícil situación de las empresas en Cuba del holding ING de Marambio saltó a la luz cuando Marco Enríquez-Ominami confirmó en una entrevista a La Tercera algunos de los trascendidos que se venían ventilando por redes sociales de internet. "Cuando fuimos en la delegación presidencial de la ex Presidenta Bachelet en el viaje del año pasado a Cuba, se organizó un seminario empresarial con la delegación chilena y las autoridades cubanas, y en ese encuentro presentaron a las empresas de Max como el paradigma de las mejores empresas de inversión extranjera. Pocos meses después empezó un proceso de "corralito", donde por razones de falta de liquidez, el gobierno cubano no permitía las transferencias a las empresas para que pudieran pagar a sus proveedores externos", dijo el ex candidato presidencial.
El "corralito" decretado por Raúl Castro en el primer trimestre de 2009 bloqueó la salida de divisas depositadas en el Banco Financiero Internacional de todas las empresas extranjeras que operan en Cuba, unos US$ 800 millones. La medida afectó con mayor fuerza a los 280 inversionistas españoles presentes en la isla, por el volumen de sus operaciones en el área hotelera y pesquera.
Como consecuencia del bloqueo de fondos, el holding ING mantiene retenidos en Cuba cerca de US$ 23 millones, provocando graves problemas en las operaciones de la empresa Río Zaza, donde Marambio posee el 50% de la propiedad, mientras la otra mitad es del Estado cubano. Según fuentes de esta compañía -dedicada a la manufacturación y comercialización de jugos y lácteos, entre otros 96 productos-, el "corralito" ha retrasado los pagos de Río Zaza a sus proveedores extranjeros, uno de los más importantes es la empresa TetraPack, que les suministra los envases. Sin insumos, el 28 de febrero la compañía debió cerrar las plantas que Río Zaza posee en Santi Espíritu y en Jagüey, en las que trabajaban más de 500 empleados.
Enríquez-Ominami, en la entrevista a La Tercera, agregó un componente político adicional a los problemas que afectan a Marambio en Cuba: "El 14 de diciembre pasado, al día siguiente de terminada nuestra participación en la elección presidencial, empezó un acoso y derribo contra las empresas de Max (Marambio)".
Sin mencionarlo, el ex candidato presidencial se refería a que en esa fecha la Fiscalía General de la República -entidad que depende de Raúl Castro y posee facultades excepcionales para detener e interrogar a las personas desde su creación el año pasado- abrió una investigación a Río Zaza, controlada por Max Marambio, y a la agencia de turismo Sol y Son, de su hermano menor, Marcel. Sol y y Son es la segunda operadora turística de Cuba. Poco antes de su último viaje a Cuba, Marambio había expresado críticas al "corralito" y a la forma en que se estaba manejando la economía cubana en medio de la crisis.
Lo que se sabe hasta ahora es que desde fines de diciembre la fiscalía detuvo a la contadora general de ING en la isla, la cubana Lucy Leal, quien trabaja hace más de 30 años con Marambio, y a uno de los gerentes técnicos que representaba a la parte cubana. En más de tres meses no se les han formulado cargos, permanecen detenidos en un lugar no especificado y sólo se les ha permitido esporádicos contactos con sus familiares.
Interrogantes
Se han barajado distintas tesis para explicar las dificultades de Marambio, pero hasta ahora él ha mantenido un obstinado silencio ni tampoco se conoce ninguna versión del régimen cubano al respecto. Por lo mismo, hasta el momento, son más las preguntas que las respuestas respecto de lo que le está pasando.
El silencio oficial de las autoridades cubanas ha alentado versiones en blog de disidentes cubanos, hostiles a Marambio, que vinculan el caso a irregularidades. Enríquez-Ominami, a su vez, dio a entender que su ex jefe político estaría pagando costos por la participación en su campaña presidencial, que no habría sido del agrado de sectores de La Habana. Felipe Velasco, hijo de Belisario Velasco y que hace negocios en Cuba desde hace años, en entrevista a revista Qué Pasa refutó esa tesis, pero no dio ninguna explicación sobre lo que ocurre.
Lo cierto es que la llegada de Raúl Castro a la Presidencia hace tres años provocó fuertes cambios en las esferas de poder en Cuba. Las figuras más cercanas a Fidel han caído en desgracia y los han sustituidos por viejos cuadros leales al menor de los Castro. El 1 de marzo del año pasado, en la purga más profunda del gobierno, Raúl Castro removió al primer vicepresidente, Carlos Lage, visto como un posible sucesore de Fidel. También sacó al canciller Felipe Pérez Roque. Ambos eran muy cercanos a Marambio desde la época en que oficiaban como secretarios personales del mayor de los Castro. La acusación oficial fue que mantenían nexos con un empresario vinculado al servicio secreto español. Fidel Castro apoyó con fuerza la decisión de su hermano y los criticó con dureza: "la miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno".
En el hermetismo que impera en el régimen cubano nada se sabe de los plazos de la investigación, ni qué otras medidas pueden adoptar. Por lo mismo, no hay claridad de lo que pueda ocurrir en las próximas semanas.
El martes pasado el canciller, Alfredo Moreno, al ser consultado por los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados sobre la situación de las empresas chilenas en Cuba, dijo que el gobierno estaba disponible para ayudar a cualquier chileno, "sin importar el color político", que viera afectados sus bienes o intereses en Cuba. No se pronunció sobre la forma en que las autoridades chilenas podrían intervenir y dejó en claro que Chile no se pronunciaría sobre el manejo económico de Cuba. También existen dudas sobre cómo se traducirá la actuación de la Cancillería en el caso de la ofensiva contra las empresas de Marambio, ya que no está claro hasta qué punto puede intervenir si los fondos invertidos en Cuba no tuvieron su origen en Chile y, por lo tanto, no están registrados en el Banco Central de Chile.
Otra interrogante está relacionada con el destino de las empresas de Marambio, que tenían ventas de US$ 100 millones al año y ahora están cerradas, pero bajo control del gobierno cubano.
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