La Falla de San Andrés en California, es uno de los fenómenos geológicos más conocidos del mundo y considerados peligrosos debido a su longitud. Con aproximadamente 1286 Km, recorre el estado de California en EE.UU., y Baja California en México, y se cree que en 50 mil años separará esta última, desplazándola hacia el norte para llegar a Alaska en 50 mil millones de años.
La falla ha sido responsable de terremotos como el de 1857 (magnitud 8,0); San Francisco en 1906 (magnitud 7,2); Loma Prieta en 1989 (magnitud 7,1), Baja California en Mexico en 2010 (magnitud 7,2) y San Francisco en 2014 (magnitud 6.6). Además, según varios estudios se estima que existe una probabilidad de un 99% de un terremoto de magnitud 6.7 o mayor en los próximos 30 años en California, debido al número de líneas de falla en la región.
Y Hollywood, siempre tan cercano al cine relacionado con desastres naturales, acaba de lanzar una nueva película que se basa, justamente, en la posibilidad de un megasismo provocado por este sistema.
La película, llamada "Terremoto: La falla de San Andrés", muestra cómo el sur de California es azotado por un megaterremoto de magnitud 9,1, seguido de otro de magnitud 9,6 en el área norte. Como es habitual en estas cintas, los rascacielos de desmoronan y caen uno sobre otro con un efecto dominó, hay incendios, una represa se rompe, el terreno se abre dando paso a enormes abismos, hay caos y un tsunami acaba con todo a su paso.
Pero, ¿qué tan cierto puede ser? Susan Hough, sismóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos afirmó que casi ninguno de esos episodios podría ser factible en la vida real, básicamente porque la falla no es suficientemente extensa y profunda, además de otros detalles.
En 2008, el organismo estadounidense dirigió un equipo de 300 expertos para simular qué ocurriría si un terremoto magnitud 7.8 golpeara el sur de California. ¿El resultado? No se necesitaría un sismo magnitud 9 o superior. Se calcularon 1.800 muertes, 50 mil heridos, y la caída de cientos de edificios antiguos de ladrillo. El modelo computacional determinó que el máximo alcanzaría magnitud 8,3.
(Atención, posibles spoilers)
En la película, Lawrence Hayes (interpretado por Paul Giamatti), sismólogo del Instituto de Tecnología de California, toma en cuenta una serie de pulsos magnéticos en California para dar aviso de la inminente llegada de un megaterremoto.
Sin embargo, la realidad dice que la predicción de terremotos sigue siendo compleja. Hasta ahora no es posible predecirlos, y a pesar de cientos de estudios con señales como el comportamiento de los animales, patrones climáticos, señales electromagnéticas, observaciones atmosféricas o aguas subterráneas, todos han fallado y no han entregado una explicación satisfactoria.
También se muestra un tsunami y un temblor en la costa este de EE.UU., sucesos que debido a las características de la falla, jamás podrían ocurrir.
Sin embargo, en el eventual caso de un megasismo, lo más probable es que sí puedan existir dos terremotos seguidos, algo que en la película sí se muestra.
Recordemos que el terremoto más grande registrado hasta ahora ocurrió en 1960 en Valdivia, con magnitud 9.5, y también aparece mencionado en el filme.
Fuente: Associated Press