El 28 de agosto de 1963, Martin Luther King se puso de pie en la explanada de Washington, justo en frente del monumento a Lincoln en la capital estadounidense, y ante 250.000 personas expresó uno de sus sueños: que los negros y los blancos no tuvieran que vivir separados.

"No podemos estar satisfechos si la movilidad básica de un negro es de un gueto pequeño a uno más grande", dijo King ese miércoles en su discurso que pasó a la historia.

King ya se había convertido en ese entonces en un adalid de los derechos civiles, una voz poderosa que pedía un país donde no reinaran las divisiones raciales.

Cinco décadas más tarde, mucha agua ha corrido bajo el puente y Estados Unidos es claramente una nación distinta, que en muchos indicadores ha avanzado para reducir las brechas entre los diferentes sectores de la población.

Al mismo tiempo, al país lo siguen sacudiendo de vez en cuando campanazos de alerta.

Ferguson, Misuri, es un ejemplo de ello: paralizado desde hace más de una semana por protestas violentas que comenzaron tras la muerte de un joven negro a manos de un policía blanco y amenazan con crecer tras la muerte de un segundo joven afroestadounidense el martes, este pequeño suburbio de San Luis ha vuelto a poner en el primer plano cómo algunas partes del país todavía están marcadas por las separaciones raciales.

SEGREGACIÓN ALTA

Es difícil pensar, a la luz de las protestas, que Ferguson era hace apenas tres décadas una localidad de mayoría blanca. Alrededor del 85% de sus habitantes era de esa raza en 1980, pero progresivamente fueron dejando el lugar y hoy la proporción es casi inversa: de sus 21.000 habitantes, unos 15.000 son negros.

Ferguson no es un caso aislado y, a medida que más negros dejan las ciudades para asentarse en los suburbios, es común ver barrios o localidades alrededor de Estados Unidos donde ellos tienen un peso poblacional importante.

"Ha habido una suburbanización de la población negra y muchos suburbios que eran comunidades blancas ahora son mixtas o negras", le dice a BBC Mundo Reynolds Farley, experto en tendencias de población de la universidad de Michigan.

Un estudio de 2011 de la Universidad de Brown, en Rhode Island, analizó la composición típica de los barrios en Estados Unidos y halló que la típica persona blanca del país vive en un barrio donde el 75% son blancos y el 8% son negros. El típico negro, por su parte, vive en un barrio donde el 45% pertenece a su raza y el 35% es blanco.

Una de las conclusiones que se desprende del informe de Brown, llamado "La persistencia de la segregación en la metrópolis", es que tanto blancos como negros tienen relativamente pocos vecinos de la otra raza en sus propios barrios.

"La segregación entre blancos y negros permanece muy alta", asegura el estudio, aunque advierte que ha bajado lentamente desde los años 70.

Dos de las razones para ese declive son precisamente los movimientos que ha hecho la población negra hacia zonas menos segregadas del país o hacia los suburbios.

En ese mismo informe queda claro que San Luis, la ciudad más grande cercana a Ferguson, estaba en 2010 entre las zonas metropolitanas más segregadas del país.

"BARRIOS GUETO" EN DECLIVE

Otra mirada al tema de la composición de las ciudades estadounidenses fue la que presentó en 2012 el Instituto Manhattan para la Investigación Política, una entidad conservadora en Nueva York.

El análisis concluyó que las ciudades en Estados Unidos han logrado su mayor nivel de integración racial desde 1910, los barrios totalmente blancos están prácticamente extintos y los "barrios gueto" están en declive.

"En 2010, la separación de los afroestadounidenses de individuos de otras razas estaba a su nivel más bajo en casi un siglo", concluye el estudio. "Hace 50 años, casi la mitad de la población negra vivía en lo que puede llamarse un barrio 'gueto', con una proporción afroestadounidense mayor del 80%. Hoy, esa proporción ha caído al 20%".

En su momento, el informe generó una airada reacción de expertos en el tema, que enfatizaron que la segregación no se ha erradicado en Estados Unidos, y Farley le dijo a BBC Mundo que ese informe "sobrestimó la cantidad de integración".

Uno de sus autores, Jacob Vigdor, hoy profesor de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, le aclaró a BBC Mundo que él "no llegaría al punto de decir que (los barrios) ya no están segregados, pero el punto de nuestro informe era que lograron su mayor integración desde 1910".

El analista agregó que la caída en la segregación refleja tendencias que no se ven en suburbios más cercanos a las ciudades, como Ferguson, sino en algunos que están más alejados o en los centros mismos de las metrópolis.

Y enfatizó que comparado con hace varias décadas, el país ha cambiado.

"Lo que casi todos saben sobre Ferguson es que dos tercios son negros", dice. "Una forma de ver lo notable que ha ocurrido en Estados Unidos es que hace 40 años no habríamos encontrado ninguna comunidad que fuera dos tercios negra. Era menos de 5% negra o más del 90% negra".

Por su parte, Reynolds Farley, de la Universidad de Michigan, cree que a pesar del progreso considerable en algunas áreas, todavía hay muchos desafíos si se quiere cumplir el sueño de Martin Luther King.

"Cuando uno concentra a las personas pobres de un grupo racial en un área, hay una escasez de oportunidades y los individuos están reacios a invertir en esas áreas", concluye.

"Hay efectos persistentes de la segregación residencial racial".