Cinco japoneses -cuatro mujeres y un hombre- están desafiando una ley del siglo XIX que obliga a las parejas a compartir un apellido después de casarse.

El corresponsal de la BBC en Tokio, Roland Buerk, señaló que el código civil japonés les permite a los hombres adoptar el apellido de sus esposas pero que pocos lo hacen.

En la mayoría de los casos son las mujeres quienes abandonan su apellido de soltera.

Según los demandantes, el código viola la constitución, que garantiza la igualdad de derechos entre los esposos.

Por eso, dicen, están exigiendo indemnización por supuestos daños causados por la "angustia emocional".

Kyoko Tsukamoto, de 75 años de edad, le dijo a la prensa que haber tenido que usar oficialmente el apellido de esposo durante más de medio siglo era como "tener una espina clavada en el corazón".

"Yo quiero morir con el nombre de Kyoko Tsukamoto", explicó la maestra retirada, que utiliza su apellido de soltera en los asuntos privados.

"Me alegra presentar esta demanda junto a mis compañeros, que tienen la misma ambición. Será una larga batalla. Por favor, ayúdennos", añadió.

Malabares
Emie Kayama, otra de los demandantes, dijo que los apellidos los deben escoger "los individuos no la ley".

"No me gustaría que mi esposo cambiara de apellido porque no quisiera que se sintiera como me he sentido yo", aseguró.

Nuestro corresponsal señaló que los crecientes pedidos de que cambie la legislación reflejan el hecho de que cada vez más mujeres siguen trabajando después de casarse.

Muchas tienen que hacer malabares con dos apellidos: el de soltera en el trabajo y el de casada en documentos oficiales, como el pasaporte y las tarjetas de crédito.

Algunos conservadores se han opuesto a que haya reformas porque, según ellos, éstas minarían la unidad de la familia.

La opinión pública también parece estar dividida sobre el tema: en una reciente encuesta gubernamental, el 37% de los entrevistados se mostró a favor de cambiar el código civil, mientras que el 35% se opuso.