A mediados de octubre, en la oficina de Juan Carvajal, director de la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia (Secom), él y Pablo Halpern armaron el nuevo diseño estratégico que la campaña de Eduardo Frei adoptaría para el último mes y medio. El candidato había conversado días antes con la Presidenta Michelle Bachelet. La campaña estaba en un momento difícil, Marco Enríquez-Ominami había continuado su avance y Frei estaba estancado. Se hacía urgente adelantar planes de segunda vuelta: el ingreso del gobierno.

En la oficina del tercer piso de Palacio, el eje de poder de la campaña dio un giro y Carvajal dejó fuera del diseño estratégico al sociólogo Eugenio Tironi. A seis semanas de aquella escena, el tablero volvió a moverse. Esta vez le tocó el turno al jefe de comunicaciones del comando (Pablo Halpern) de quedar fuera de la toma de decisiones.

Hace dos semanas, de acuerdo con la versión de dos personas cercanas al candidato, Frei abandonó su habitual impasividad al leer una nota de prensa que decía que Halpern era un activo promotor de que el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, asumiera como generalísimo en segunda vuelta. Si bien el candidato apoya la idea de que el secretario de Estado se sume al comando, le molestó que quien fuera su asesor comunicacional en 1989, en la presidencial de 1993 y, por cinco años en La Moneda, apareciera tomando decisiones que le competían a él. "No más", habría sido una de las frases de Frei ese día.

Durante esta campaña, Halpern ha protagonizado fuertes roces con los partidos políticos, con Océanos Azules (equipo programático) y con una serie de personas al interior del comando. Sebastián Bowen, por ejemplo, quien pasó de coordinador y rostro a tener un espacio cada vez más acotado en la campaña, criticó públicamente esta semana el estilo del estratega.

Halpern, sin embargo, había sobrevivido a todos los embates. Su gran activo era la relación de confianza y cercanía con Frei.

Desde el desembarco de La Moneda en la campaña, Halpern llevaba las conversaciones con el jefe de la Secom. Tras el quiebre de confianzas del candidato con su asesor, hoy Frei y Carvajal hablan directamente y a menudo. Una fuente del comando asegura que, a lo menos, los sábados y domingos conversan telefónicamente. El candidato también tiene línea directa con quien es reconocido como el asesor más importante de Palacio, Rodrigo Peñailillo, jefe de gabinete de la Presidenta.

VELASCO NO SE VA
La tercera pieza del triunvirato también tambalea. En el diseño que había armado Halpern con La Moneda, el ministro con mayor aprobación popular del gabinete de Bachelet (Andrés Velasco) debía aterrizar en el comando para segunda vuelta. Incluso, se llegó a evaluar que lo hiciera antes si la encuesta CEP de noviembre era muy desfavorable a Frei.

A Velasco nunca lo entusiasmó la idea de dejar el gobierno antes del 11 de marzo. Su capital político y su reputación como economista se asentaban, para él, en su labor como jefe de las finanzas.

Con la difícil negociación que tuvo que sortear en el Congreso para lograr aprobar el presupuesto 2010, donde se votó tres veces el ítem Educación y la rebelión de parlamentarios concertacionistas, Velasco lo pasó muy mal. En el sector más progresista del oficialismo volvieron a levantarse los anticuerpos contra el ministro. También le afectó cuando fue sorprendido en medio de esas discusiones trabajando en su computador el programa de Frei.

Ante la perspectiva de irse al comando, Velasco respondía que él prefería estar el 15 de diciembre en París. Ese día Chile ingresará oficialmente a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y el ministro considera que ese logro es mérito de su cartera. En el comando decían que si Velasco estaba fuera del país al comenzar el trabajo de segunda vuelta, esa sería la señal más clara de que no dejaría el gobierno. Pues bien, la agenda de Velasco para el lunes 14 incluye asistir al primer comité político poselecciones -que seguramente se hará esa mañana- y, a media tarde, partir rumbo a París. Sus pasajes ya están reservados.

LA ÚLTIMA OPERACIÓN
En el último ajuste de timón, hubo dos hechos que mostraron que Halpern estaba fuera: 1) la aparición del vicepresidente del PS Ricardo Solari en el comando sin que el jefe de comunicaciones supiera qué motivaba su presencia en el lugar y 2) la comida en casa del ministro Sergio Bitar el jueves 19, en la que se discutieron estrategias de segunda vuelta y a la que Halpern no fue invitado.

Sin ser presentado formalmente, ni investido de cargo alguno, Solari, quien forma parte del comité estratégico de la campaña desde su formación en abril, apareció esta semana en la sede de calle Bilbao a realizar labores ejecutivas. De acuerdo con la versión del ex ministro del Trabajo, él sólo está colaborando con la campaña y no está ahí para reemplazar a Halpern.

En el comando cuentan que Solari está cerrando los contratos con José Miguel Carcavilla -quien fue fichado como director creativo para la campaña de segunda vuelta por Carvajal- y con la productora Taxi Films, que filmará la franja televisiva.

De acuerdo con la versión de un miembro del equipo de Frei, Solari llegó tras las quejas de la ex ministra Ingrid Antonijevic. Hace unas semanas ella ingresó al comando para hacerse cargo de la recolección de fondos de segunda vuelta, pero la falta de liderazgos en el equipo dejó a la economista sin interlocutores con quienes visar sus propuestas. Las pugnas al interior del comando habían dejado a Paula Nárvaez, quien a mediados de octubre fue designada como secretaria ejecutiva, sin peso específico.

Las quejas de Antonijevic, quien llegó al comando con la venia de la Presidenta Bachelet, fueron escuchadas.
Un cercano al Segundo Piso de Palacio -como se conoce a los asesores presidenciales- asegura que Solari  tuvo la venia de Carvajal. Ambos tuvieron desencuentros tras la campaña presidencial de Bachelet -en 2006 Solari quedó excluido del gobierno, mientras el periodista entró a La Moneda como asesor de confianza-, sin embargo, en los últimos años han recompuesto el vínculo político.

Solari, además, es un hombre de la Concertación histórica. Justamente, un grupo que está retomando influencia en esta etapa de la campaña. Entre ellos están el DC Gutenberg Martínez y el PS Enrique Correa.

La cena en casa de Bitar, por otra parte, dejó en evidencia quién está en las conversaciones. Además de Frei y el anfitrión, llegaron la ministra vocera Carolina Tohá, Carvajal y Rodrigo Peñailillo.

El rol del jefe de gabinete de Bachelet en esta etapa no es menor. "Cuando en una reunión él dice 'nosotros creemos' es muy difícil que no esté reflejando lo que piensa la Presidenta", cuenta un conocedor de su influencia y de su papel en la campaña. Para otro cercano a estas operaciones, el nivel de confianza que la Presidenta deposita en Peñailillo -es reconocido como los ojos de Bachelet en cualquier cita en que él aparece- provoca que cuando está junto a Carvajal, sea él quien ostenta mayor ascendente.

Halpern, en todo caso, continúa su labor comunicacional, pero sólo enfocado en primera vuelta. Un conocedor del nuevo golpe de timón dice que es probable que continúe en calle Bilbao tras el 13 de diciembre, aunque en una labor más acotada y con otros personeros asumiendo nuevos cargos sobre él (tal como le pasó a Solari entre la primera y segunda vuelta de Bachelet cuando era el jefe de comunicaciones de esa campaña).

Cercanos a Halpern, en todo caso, le han escuchado decir en estos días que él llegó a la campaña por Frei, y que hará lo que el candidato le pida: si le dice que se vaya mañana, el 14 de diciembre o que siga hasta el 17 de enero, él acatará.

El quiebre de una alianza de 20 años

La relación entre el especialista en comunicaciones Pablo Halpern y Eduardo Frei comenzó en mayo de 1989. Recién doctorado en EE.UU. y con 29 años expuso ante el candidato a senador una descarnada visión de la política chilena. Los presentó Ignacio Walker. A los pocos días, desde el equipo del DC lo ficharon.

En 1993 Halpern estuvo a cargo de las comunicaciones en una lid presidencial que no tenía grandes sorpresas: Frei cargaba con un apellido reconocido y la derecha se dividió entre Arturo Alessandri y José Piñera. El DC obtuvo un histórico 57,98 %.

Halpern se fue a La Moneda como director de comunicaciones. Su estrategia fue blindar a Frei, separando su imagen del gobierno y limitando su exposición pública. En el gabinete le criticaban que su celo extremo aisló al Presidente. La relación que desarrolló en esos años con los Frei-Larraechea, la influencia que tenía en el mandatario y su desprecio a los partidos, le reportaron varios enemigos.

En 1998 se fue de La Moneda para armar una oficina de comunicaciones. Su llegada con el presidente era un activo para las empresas que requerían lobby.

Instalado en EE.UU., en 2005 se sumó a la campaña de Bachelet. Favorita en las elecciones, tuvo una caída a mitad de camino y definió en segunda vuelta. La estrategia comunicacional fue criticada. Ese comando también estuvo plagado de pugnas internas. El trabajo en equipo no es lo suyo, dicen quienes lo conocen.

En el intertanto mantuvo la relación con Frei. En diciembre de 2008, el DC le pidió que lo acompañara en su nueva aventura presidencial. Halpern tenía que resolver su trabajo en Washington en el BID, pero no hubo problemas, pues el organismo no estaba interesado en renovarle contrato.

Tras llegar a Chile asumió un cargo en la campaña con el crédito de ser el más cercano a Frei. Hace dos semanas fue el quiebre.