Daniel Scioli, el candidato presidencial más votado en las primarias de este domingo, asegura que se ha preparado toda su vida para conducir la "gran Argentina". Tras sobreponerse a un grave accidente, cambió la velocidad de la motonáutica por el vértigo de la política.
Con el 61,1% de las mesas contabilizadas, Scioli, quien gobierna desde hace ocho años la provincia de Buenos Aires, la más rica, poblada y compleja de Argentina, obtuvo en estas primarias el 36,7% de los votos como único postulante por el Frente para la Victoria que comanda la presidenta argentina, Cristina Fernández.
Con este resultado, Scioli queda como el candidato mejor posicionado para disputar los comicios presidenciales del próximo 25 de octubre apuntarse la victoria que desde hace tiempo ambiciona este excampeón de motonáutica nacido en Buenos Aires hace 58 años.
"Me preparé toda la vida para aspirar a esta responsabilidad", asegura el candidato del kirchnerismo, movimiento que gobierna Argentina desde hace doce años y que muchas veces renegó de quien hoy es su presidenciable.
Scioli ocupó la Vicepresidencia durante el gobierno del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), con quien al principio la relación no fue buena: el vicepresidente intentó tener un perfil alto y Kirchner le respondió desplazando a sus colaboradores en el área de Deportes. Sin embargo, con el tiempo la relación entre ambos mejoró.
No obstante, el núcleo duro del kirchnerismo siempre desconfió de su lealtad, sobretodo cuando arreciaron los rumores de que rompería filas y se pasaría a las de la oposición. Finalmente, y ante la falta de figuras fuertes propias, Cristina Fernández el respaldó como candidato único para sucederla.
Scioli elogia ahora las políticas del kirchnerismo y promete sostenerlas y afianzarlas, pero también cambiar lo que haga falta y con su sello: "Lo voy a hacer a mi manera".
Asegura que puede hacerlo porque tiene una "fortaleza anímica forjada en las adversidades", la mayor de ellas, un gravísimo accidente que casi le costó la vida y en el que perdió su brazo derecho.
Ocurrió a finales de 1989 cuando corría una carrera con su lancha, "La Gran Argentina". Scioli retomó su carrera siete meses después y conquistó ocho campeonatos mundiales de motonáutica en diferentes categorías hasta que abandonó el deporte profesional en 1998.
Paralelamente a su carrera deportiva, desarrolló su actividad empresarial, en el negocio familiar y en la firma Electrolux. Estudió Comercio en la Universidad Argentina de la Empresa, pero apenas este año retomó la carrera que dejó inconclusa.
Al mundo de la política llegó de la mano del presidente Carlos Menem (1989-1999) en 1997, cuando resultó electo diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, banca que revalidó en 2001.
Ese mismo año, en medio de una grave crisis económica, fue designado secretario de Turismo y Deporte por el presidente provisional Adolfo Rodríguez Saá y ratificado por el también gobernante provisional Eduardo Duhalde (2002-2003).
Scioli se casó en 1985 con la entonces modelo y hoy empresaria Karina Rabolini, se divorciaron en 1998 y volvieron a convivir pocos años después.
Metódico, trabajador, resolutivo, apasionado, así describe Rabolini, de 48 años a su compañero de vida. También admite que es un "desastre" como jugador de fútbol, el pasatiempo favorito de Scioli.
"Daniel le pone pasión a todo lo que hace, y es un gran ejecutivo y un gran economizador de las cosas. Cuando nos divorciamos y nos volvimos a juntar, la primera vez que lo invité a comer a mi casa me apareció con flores y con una aspiradora", contó Rabolini en una reciente entrevista.
El gran sueño pendiente de la pareja es tener un hijo en común.
Scioli tiene una hija, Lorena, de 37 años, fruto de una relación anterior, cuya existencia salió a la luz pública en 1990 y que fue reconocida tras una demanda por paternidad.
Integrada a la familia Scioli-Rabolini, Lorena le dio una nieta al candidato presidencial, Camila, de 2 años, a la que su abuelo definió como "el mejor regalo" que le podía dar la vida.