¿A quién está beneficiando el Ranking de Notas en el sistema de admisión vía PSU?
Brecha de 55 puntos entre particulares pagados y municipales abrió el debate. Algunos expertos dicen que no genera cambios; otros, que hay efectos, aunque marginales.
Un 44% de los alumnos de colegios municipales que rinden la Prueba de Selección Universitaria (PSU) no alcanza los 450 puntos en la prueba (40.181 postulantes) versus un 7% de los de recintos pagados (2.021 egresados). A esta diferencia se suma la brecha en los puntajes PSU: 139 puntos separan el promedio de los liceos públicos de los de pago, en el caso de Matemáticas, y 124 en el de Lenguaje. Además, el Ranking de Notas figura con una brecha de 55,8 puntos entre ambos tipos de establecimientos, a favor de los pagados, y las notas (NEM) con 62,7 puntos también a favor de los particulares.
En ese escenario, algunos expertos han manifestado su preocupación respecto del ranking, argumentando que no está realmente beneficiando a los estudiantes más vulnerables. Pero, ¿quiénes están ganando con el ranking?
Para José Joaquín Brunner, académico de la U. Diego Portales, el ranking beneficia a cualquier postulante que haya tenido un desempeño destacado. "El ranking favorece a todos los alumnos de primeras posiciones, independiente del colegio donde están. Si alguien tiene un buen NEM, entonces tendrá mayor ranking", señaló.
En ese sentido, Brunner agregó que el ranking "favorece a una cantidad significativa de alumnos vulnerables esforzados. Pero también, obviamente, favorece a los que vienen de colegios privados y ocupan los primeros lugares en este colegio. Se sabe que algunos miles de alumnos vulnerables no habrían entrado a universidades muy exigentes, como la UC, la U. de Chile y la de Concepción o UDP sin ranking", remarcó Brunner.
En cambio, Jorge Avilés, abogado de Libertad y Desarrollo y experto en materias educacionales, señaló que "el ranking no ha tenido el efecto esperado y sus resultados de inclusión son marginales o prácticamente inexistentes".
"Están ingresando a las instituciones de educación superior más selectivas los mismos estudiantes que entraban antes de la existencia del ranking. Si su objetivo era premiar el mérito del estudiante en su contexto, han fallado. Basta con mirar la gran diferencia que existe entre el tipo de dependencia del establecimiento al que asistieron los alumnos, entre aquellos que cursaron científico-humanista y técnico-profesional, etc.", señaló Avilés.
Sin embargo, Francisco Javier Gil, académico de la Cátedra Unesco de la U. de Santiago e ideólogo del ranking, defiende dicho instrumento: "Los cálculos que muestran la brecha están mal hechos, porque el ranking se calcula solamente para aquellos que están sobre el promedio de notas. Bajo el promedio se usa el mismo puntaje que el NEM. Por lo tanto, se bonifica sólo a aquellos que están por encima de la media", explicó Gil.
Así, remarcó que el "ranking está cumpliendo con los resultados esperados. El propósito del ranking es identificar en cada colegio los alumnos que mejor aprovecharon las oportunidades de aprendizaje. Eso permite saber dónde están esos jóvenes y las universidades pueden usar esa información para la admisión".
Gil subrayó que, "por ejemplo, se toma el 15% de mejor ranking y entre ellos no hay brecha, porque se les bonifica por igual".
Para Mauricio Bravo, académico del Centro de Políticas Públicas de la U. del Desarrollo, el ranking sí está teniendo efecto: "En la PSU la brecha entre particulares pagados y municipales es superior a 100 puntos, pero en el ranking es inferior a eso. Así, a los egresados de liceos públicos les va mejor en el ranking que en la PSU. Por lo tanto, el ranking estaría ayudándolos a acortar esa diferencia enorme que hay en la PSU".
Bravo enfatizó que "puede que el impacto sea bajo todavía, pero tiene un efecto compensatorio. El ranking es sólo para compensar y ayudar a dar el salto a los alumnos que están desaventajados".
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