Una nueva controversia e incluso conflicto podría surgir entre los sectores ecologistas, judíos ultraortodoxos y los palestinos, por un lado, y el Ministerio israelí de Transportes, por el otro, si avanza una propuesta del titular de esa cartera, Israel Katz.
El ministro quiere que el tren de alta velocidad actualmente en construcción entre Tel Aviv y Jerusalén llegue hasta el mismo Muro Occidental (Muro de los Lamentos), lugar sagrado del judaísmo situado en la Ciudad Vieja, en Jerusalén Oriental, sector que fue anexado tras la guerra de 1967 y que los palestinos reclaman como la futura capital de su Estado.
De acuerdo a los planes de Katz y de su equipo, se proyecta la construcción de un túnel de dos kilómetros a 80 metros de profundidad entre la futura estación central, situada a la entrada de Jerusalén, y una nueva estación que estaría cerca del Muro Occidental, que se llamará "Estación del Kotel", nombre del muro en hebreo, precisó el Ministerio de Transportes.
El ministerio no respondió a las consultas de la agencia France Presse sobre si la nueva estación estaría en el interior o exterior de las murallas de la Ciudad vieja y cómo harían para que ese proyecto no encienda los ánimos en un ambiente religioso y político extremadamente sensible.
Jerusalén alberga los lugares santos más importantes para el cristianismo, el judaísmo y también para el islam, y se encuentra en el centro del conflicto palestino-israelí.