En Quilicura sólo el 35% de los niños en edad para asistir a la educación inicial (entre cero y cinco años) está matriculado en algún establecimiento de ese tipo. Es la comuna con mayor déficit de cobertura en la etapa parvularia. Le siguen Maipú, con un 39% de niños que asiste a este nivel; Puente Alto, con un 40%; Pudahuel, con un 43%, y la comuna de Antofagasta, con un 45% en dicho tramo.
Así lo indican las estadísticas elaboradas por la Subsecretaría de Educación Parvularia, las que también indican importantes diferencias por rango etario (ver tabla). Así, en Antofagasta, un 85% de los niños cuya edad oscila entre cuatro y seis años acude a algún recinto educacional, mientras que el 25% de los menores de tres años con 11 meses lo hace.
Según la subsecretaria de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, normalmente los problemas de cobertura están asociados a dos factores: "Influye tanto la oferta educativa como la decisión de las familias", explicó.
La autoridad subrayó que la encuesta Casen ha mostrado de manera constante un dato indesmentible: "Las familias de niños que no van a recintos educacionales argumentan que es porque no lo necesitan o que es muy pequeño y lo pueden cuidar en casa".
Además, Díaz señaló que los municipios con mayor déficit coinciden en que "han crecido mucho y algunos también destacan por la gran presencia de migrantes".
El actual gobierno de Michelle Bachelet comprometió un aumento de 120.000 nuevos cupos. Sin embargo, para Ernesto Treviño, director del Centro UC para la transformación educativa, la cobertura tiene que ir de la mano con calidad. "Si el establecimiento de educación inicial es de calidad, la evidencia demuestra que trae muchos beneficios. Sin embargo, cuando son de baja calidad, incluso pueden perjudicar el aprendizaje de los niños", enfatizó el académico. También explicó que en los niveles más altos de educación parvularia se alcanza mayor cobertura, porque normalmente son impartidos por colegios que tienen enseñanza básica.
Treviño subrayó que la evidencia más reciente indica que "preocuparse de cobertura sin calidad es una pésima inversión" y que la calidad depende de dos cosas: "Primero, de la infraestructura; segundo, y mucho más fundamental, la calidad depende de las prácticas de enseñanza que desarrollan las educadoras y los equipos de sala".
Neurociencia
Según Mauricio Bravo, director del Magíster de Política Educativa de la U. del Desarrollo, "desde la neurociencia se indica que entre los dos y cuatro años el ser humano está desarrollando su cerebro al máximo potencial. Por lo tanto, se sugiere que el niño sea estimulado cognitivamente en ese rango etario. Cuando tienes una familia que puede realizar esa tarea en casa, porque los padres tienen la capacidad o el contexto sociocultural para hacerlo, es bueno que se quede en el hogar".
Sin embargo, dice el académico de la UDD, "el problema es que no en todas las familias chilenas los padres tienen la capacidad de hacer esta estimulación; entonces, lo ideal es que recurran a profesionales con competencias".
Bravo agregó que las "principales diferencias en el aprendizaje por nivel socioeconómico se explican porque quintiles de más altos ingresos recibieron educación inicial de mejor calidad. Ahí surge la brecha y después es poco lo que se puede hacer".
Según la subsecretaria Díaz, el gobierno está trabajando en el marco de la buena enseñanza, que "definirá las prácticas pedagógicas de calidad para la primera infancia".
Treviño sostuvo que este es un avance, pero también se necesitan más y mejores educadoras de párvulos y la carrera docente tiene un problema en ese aspecto, ya que las docentes de este nivel no ingresan a ella hasta 2025.
La alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, indicó que efectivamente hay un déficit concentrado entre los tres y cuatro años, "nivel que no es subvencionado por el Mineduc en la administración municipal, sino que es directamente impartido por el Estado a través de entidades como Junji".
La edil agregó que la Corporación de Desarrollo Social de Antofagasta actualmente se encuentra trabajando en un estudio de proyección asociado a los desafíos de la reforma educacional y el aumento de cobertura en edades tempranas. "Necesitamos generar una oferta de establecimientos que permita absorber una demanda de matrícula proyectada a 10 años más, equivalente a 2.000 niños", dijo.