El 14 de octubre pasado, la ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel Ana María Arratia, visitó la cárcel de San Miguel. Fue una de los recorridos semestrales que se realizan a este recinto penitenciario. Arratia llegó acompañada de dos jueces y una secretaria de la Corte Suprema. En el acta de visita se dejó contancia la hora de llegada 12.30 y la autoridad que los recibió: el Alcaide primero Héctor Agurto Valenzuela.

Este recinto cuenta con una población penal de 1.924 internos; 1604 son reos rematados; 303 en prisión preventiva; 14 procesados y tres internos detenidos.

En la torre 5 donde ocurrió el siniestro, las autoridades constataron la presencia de 484 reos primerizos condenados, rematados o detenidos, "de todos los niveles de compromiso delictual". El nivel cuatro de la torre, sitio de la tragedia, identificaron 125 reos (76 en la cuatro norte y 49 en la cuatro sur). En el tercer piso norte, están los internos por delitos sexuales y en el segundo piso norte, están los reos evangélicos del proyecto denominado APAC.

La dotación de la guardia interna para la torre 5 es de 100 funcionarios, durante el día de visita de las autoridades de la corte sanmiguelina se encontraban trabajando 74 de estos funcionarios. Para la noche había cuatro guardias.

En el recorrido se evidenció que la mayoría de los reclamos de los internos de esta torre dan cuenta de que sus abogados no los visitaban para darle información de su causa o ignorando este tema, en algunos casos. Otros pedían traslado por amenazas de muerte.

La comisión de la Corte de Apelaciones de San Miguel concluyó aquel día de visita observaron un recinto penitenciario "húmedo, bastante sucio y mal oliente". "Al ingresar  a las dependencias y pese a la hora de llegada de la comisión, los internos, en su gran mayoría, se encontraban acostados, no observándose una adecuada disciplina al respecto".

Donde estaba ordenado y limpio fue en la enfermería del penal. Contaba "con personal médico necesario para satisfacer las necesidades de primeros auxilios y controles médicos de los internos". Respecto a los baños constataron que estaban reparándolos, trabajos que en su totalidad deben estar finalizados el 31 de diciembre, "toda vez que estos presentan  una gran cantidad de cañerías rotas, en muy mal estado lo que acrecienta el mal olor".