Aunque la economía regional no está en su mejor momento, hay un negocio que se espera crezca fuertemente en los próximos años en todos los países del área. Es la industria aérea, que con una baja de tarifas a causa de la irrupción de las líneas de bajo costo o low cost está impulsando a más pasajeros a volar. Desde una posición privilegiada, el presidente de Airbus para América Latina y el Caribe, Rafael Alonso, analiza las perspectivas de crecimiento y destaca a Chile.

¿Cómo están viendo el estado actual del negocio aéreo en América Latina?

Es cierto que la región ha estado sufriendo un poco una crisis producida principalmente por la baja del petróleo y de las materias primas, devaluaciones importantes de la moneda, y lo que ha sucedido es que se han perdido pasajeros, se ha reducido el RPK (pasajeros transportados por kilómetro), pero las aerolíneas han sabido adaptarse y reaccionar.

¿Cómo ha visto esta crisis?

Algunos países han sufrido más que otros. Brasil por ejemplo, no solamente por la crisis del real y las materias primas, sino que también por su situación interna. Pero hay un punto: cuando Brasil sufre, toda la región sufre. La influencia de Brasil sobre la región es bastante grande. Por tanto, como resumen ha habido de alguna forma una crisis. Seguimos siendo optimistas, ha habido una crisis, pero se está saliendo a flote (...). Sobre el futuro, indudablemente que Chile es un país importante también para nosotros, porque tiene dos empresas importantísimas. Latam es uno de los mayores clientes. Es la quinta aerolínea en operar el A320. Y luego tenemos a Sky, que está creciendo, transformándose, adaptando un modelo low cost, que es algo que no existía en Chile, pero hasta hace poco, tampoco en la región. En 2013, menos del 10% del tráfico de la región se daba en base a este tipo de modelos. Y hoy día estamos con más del 40%. Entonces, eso es importantísimo. Y vemos con gusto cómo Sky está adaptando este modelo.

¿Cuáles serán los motores del crecimiento en la región?

El modelo low cost es uno de ellos, es algo que está empujando a nivel mundial. Es un modelo que está para quedarse. Pero también es cierto que necesita aspectos como aeropuertos alternativos, aeropuertos con costos más bajos. El desarrollo del low cost es importante. Se está trayendo público de los autobuses a los aviones. Eso ha sido un fenómeno muy importante. Tiene mucho potencial en Brasil y en Colombia también, donde está extendiéndose.

¿Ven opciones de que se instale el modelo de bajo costo en vuelos regionales, más allá del cabotaje?

Hay algunas zonas en que están operando, sobre todo en México. El modelo es aplicable, aunque en América Latina las distancias son más grandes. Entonces quizás no es tan fácil incorporar el modelo por largo alcance. Se puede hacer en Europa, por ejemplo, de manera eficiente. Acá en América Latina falta, pero dependerá de la evolución de los mercados. En México está pasando. En América Central, en Colombia también, con Viva Colombia, que ya está volando a bajo costo internacionalmente.

¿Qué visión tienen de los joint-ventures operativos o JBA, como el que quiere implementar Latam con American o British?

Pienso que todo aquello que refuerce la seguridad y la posición de las empresas es bueno para el pasajero. Lo que se busca es que las aerolíneas cada vez operen de forma eficiente, segura y confiable, y a precios para el pasajero lo más atractivo posible. Y en ese sentido, las asociaciones que permiten ofrecer servicios en zonas donde las compañías locales no operan les da la flexibilidad.