En la zona de tránsito del Centro de Justicia se realizó una de las diligencias clave en la investigación que instruye la Fiscalía Centro Norte contra el ingeniero comercial Rafael Garay. El profesional estuvo por más de cuatro horas entregando su versión de una supuesta estafa ante el fiscal José Morales.
Garay fue formalizado por ese presunto delito contra 36 víctimas. El monto total de lo apropiado, según las estimaciones del Ministerio Público, estaría cercano a los $ 1.800 millones.
La investigación de Morales apunta a que Garay generaba confianza en las víctimas, aprovechándose de su figuración mediática. Luego, ofrecía los servicios de su empresa financiera Think & Co, en que prometía retornos anuales de 18%. La indagatoria del persecutor y la Bridec de la PDI revela que Garay recibía el dinero y, contrario a lo que decía, no lo invertía en instrumentos financieros. Por eso, se sospecha de una estafa piramidal.
La declaración de Garay, que se inició a las 15.30, resulta central para el fiscal Morales, pues de esta manera podrá esclarecer cuál es su postura respecto de los hechos que se le imputan. Uno de los elementos clave que iba a preguntar el fiscal tenía relación con el supuesto cáncer cerebral que aquejaría al ingeniero.
Garay, a mediados del año pasado, indicó que padecía esta enfermedad terminal y que viajaría a Francia para iniciar un tratamiento. Su desaparición, sumado a que las inversiones no fueron devueltas a los clientes en el plazo que comprometió, encendieron las primeras alarmas de que algo extraño estaba pasando. Con el correr de los días, se descubrió que estaba en Rumania. Las diligencias efectuadas por la PDI no encontraron rastros de que Garay se haya tratado esa enfermedad. Según el fallo del tribunal rumano, que aprobó su extradición, el ingeniero habría confesado que no estaba enfermo.