Ha impresionado, una vez más: ahora, con sus habilidades en el póquer, tras imponerse ante profesionales en la Charity Challenge del European Poker Tour, en Praga. ¿Qué le aporta el póquer, y cómo ha conseguido dominarlo de esta manera?
Primero, el póquer es algo que he ido haciendo para disfrutar, durante el tiempo de mi lesión. Después, lo que más me ha ido atrayendo de este juego es cómo te requiere un autocontrol sobre tus emociones. En esa exigencia de concentración, que también es competitividad, se parece al tenis: que sigue siendo mi vida. Y también se parece al tenis en algo más importante: en los dos... termina ganando el mejor jugador. En Praga, y en un día determinado, el mejor fui yo. He aprendido que en el póquer, como en el tenis, la suerte sólo juega una pequeña parte.
Va a arrancar la temporada 2014 de tenis con el prólogo de la exhibición de Abu Dhabi. Después irá a Doha, ya en temporada oficial ATP, antes de continuar para Australia, escenario del primer torneo de Grand Slam del año. ¿Cómo se encuentra, cómo lo ve?
Aplicamos para el tenis lo mismo del póquer o el golf, no hay excepciones: se trata de ir día a día y plantear cada competición y entrenamiento siendo positivo al máximo y con competitividad. En Abu Dhabi y Doha habré tenido muy poco tiempo de entrenamiento. Espero que me haya valido. Y ya sólo puedo esperar que, a su vez, estos dos torneos me ayuden para poder llegar a Australia bien: en buen estado competitivo. Espero que se den las circunstancias positivas para que esto pueda ser así.
Todo el mundo gira los ojos hacia su rivalidad con Novak Djokovic y hacia lo que pueda pasar en Australia. Djokovic cuenta ahora con la asistencia técnica de Boris Becker y, claramente, tiene puestos los ojos en recuperar el número uno del mundo. Para empezar, él es quien defiende título en Melbourne. ¿Qué le parece todo esto?
Me parece, también para empezar, que me queda mucho tiempo antes de poder enfrentarme con Djokovic en Australia. Estamos él y yo a cada parte del cuadro y, si todo fuera bien, no nos veríamos hasta la final: o sea, el 26 de enero, si no me equivoco. Eso, si las circunstancias de ambos son positivas. Hasta entonces, me toca pensar en otras cosas.
Usted siempre ha dado la impresión como de que el número uno del mundo no fuese lo que más le importara...
Lo que yo quiero es poder llegar competitivo y bien a jugar los grandes torneos. En este sentido, y cara a 2014, no voy a hablar ahora de lograr el noveno Roland Garros o de volver a ganar en Wimbledon, que sería por tercera vez. No: lo que a mi me importa es poder mantenerme en un estado sano que me permita poder jugar la temporada entera, y compitiendo a buen nivel. No es fácil: no pude hacer eso, la temporada entera, en 2012 y 2013. Así que...
Sin embargo, y pese a todos los problemas, 2013 quedará a fin de cuentas como uno de los mejores años en su carrera...
Por resultados, no sé si 2013 ha sido el mejor año de mi carrera. Lo hace especial la emoción de haber podido ser capaz de competir otra vez al nivel que lo hice. Pero sí que 2013 ha sido el año más emocionante de mi carrera. Si me preguntan por claves de lo que pasó, creo que empecé a jugar más fresco que nunca, después de haber descansado siete meses: eso pudo ser clave en los éxitos.
¿No se plantea llegar más y más lejos, no le atraen tanto esos logros históricos, como sería su título de Grand Slam número 14, que sería la suma si gana en Australia? Con esos 14 igualaría a Pete Sampras en el segundo puesto de la lista histórica, a sólo tres de los 17 de Roger Federer.
Mmmm... mire, siempre digo que los balances de cada carrera se hacen cuando terminan esas carreras. Cuando vaya a Australia, mi planteamiento no será pensar en el título de Grand Slam número 14. Lo único que cuenta para mí es que en estos momentos tengo 13. No veo nada más.
No vayamos, pues, bastante más lejos de Australia, ya que no cabe hacer planes mucho más largos. Al menos, hasta la Copa Davis, que viene inmediatamente después de la final de Melbourne. ¿Se le puede esperar en Frankfurt, ante Alemania, en el estreno de Carlos Moyá como capitán y seleccionador de España?
De la Copa Davis, en estos momentos, ni confirmo ni descarto nada. Está claro que en septiembre pasado, después del esfuerzo del US Open, me comprometí para salvar la categoría, hice todo lo que pude: todo lo que estaba en mis manos. Y se consiguió. Ahí estuvimos. Pero...
Usted mismo.
Mmmm: intento extender mi carrera y, para ello, debo adaptarme a las circunstancias que vivo: debo gestionar bien mi calendario. No me puedo olvidar de los siete meses que me he pasado lesionado. Y sé que mí físico no me permite hacer locuras. Me apetece jugar con y por España, eso es lo único que puedo decir ahora.