En 1985 la ONG Greenpeace recorrería el atolón de Mururoa, en la Polinesia, en su buque Rainbow Warrior (Guerrero del Arcoíris), para protestar por los daños que producían en esa zona del Pacífico Sur las pruebas nucleares de Francia.
Pero el buque adquirido por Greenpeace en 1978, no pudo cumplir su objetivo. El 7 de julio de 1985, en Auckland, Nueva Zelanda, la embarcación explotó. Incidente en el que murió un fotógrafo portugués.
Al año siguiente una investigación determinó que dos agentes secretos franceses efectuaron el atentado. Francia indemnizó a la ONG. Con ese dinero tuvieron al Rainbow Warrior II, que en la década de los 90 se opuso nuevamente a las pruebas nucleares de Francia en el Mururoa, y que en 1998 visitó Chile. La embarcación en 2011 fue donada a Friendship de Bangladesh para buque hospital.
Hoy Greenpeace cuenta con el Rainbow Warrior III, un buque velero, barco que por primera vez estará en Chile. La embarcación, que llega el 22 de febrero, recorrerá los principales puertos del país hasta fines de marzo como parte de la campaña "Salvemos los mares del fin del mundo", que busca resguardar y crear conciencia sobre la importancia medioambiental de los mares de la zona de Magallanes representan para el ecosistema mundial.
Riqueza austral
La coordinadora de océanos de Greenpeace en Chile Estefanía González, resalta el valor de la visita de la embarcación. "Tener a Rainbow Warrior ahora en nuestras costas es un hito", dice.
Hace un año visitó las costas chilenas el barco Esperanza, el más grande de la ONG. Hasta ese momento, habían pasado 12 años que no venía un barco a Chile.
Greenpeace junto con Raibow Warrior y Esperanza, cuenta con el Artic Sunrise, un expesquero de focas, y Argus, el más pequeño de todos.
Que el más importante de su flota visite costas chilenas, es por la importancia de los mares de Chile, indica González. "Los ojos de todo el mundo están puestos en el problema de protección de océanos y 36% de los mamíferos marinos del mundo están en Chile. Cualquier intervención de nuestros mares afecta a un patrimonio que es del mundo entero", aclara.
El Rainbow Warrior viajó desde Cuba a Chile, e iniciará su recorrido por las costas nacionales en el puerto de Coquimbo. Luego será el turno de Valparaíso, Ancud, Puerto Natales y Punta Arenas. En el barco viajan 30 personas, entre tripulación estable, mecánicos, oficiales y marineros, junto a personas de distintos países del mundo.
Junto con la campaña, la ONG realizará observación de grandes cetáceos en las costas chilenas, para determinar las zonas en que hoy se ubican, por ejemplo, el delfín chileno y las ballenas.
El cuidado de los mares australes y su protección es un tema que muchas personas manejan y entiende, dice González. "Los que no entienden que esta es una oportunidad histórica para mostrar la urgencia de proteger los mares de Chile, no es la gente, son las autoridades y las empresas", advierte.
Y en ese sentido, dice, las aguas de la zona de Magallanes hoy están amenazadas por el avance de la industria salmonera. "Dónde se han registrado los mayores avistamientos de delfín chileno", afirma.