El primer ministro Mariano Rajoy, que no alcanzó las metas presupuestarias ningún año desde que asumió sus funciones en diciembre de 2011, está aliviando el control de gastos del gobierno en tanto se propone recuperar apoyo antes de las elecciones el año próximo.
Rajoy está canalizando fondos a las autoridades regionales a cargo del gasto en educación y salud aliviando las condiciones de los rescates del gobierno central que necesitaron en el momento más álgido de la crisis financiera. En tanto los rendimientos de los bonos europeos se encuentran en mínimos récord, funcionarios de Madrid aplazaron el mes pasado los pagos sobre 16.600 millones de euros (US$22.200 millones) en préstamos de rescate y rebajaron la tasa de interés sobre deuda por 48.800 millones desde 5,2 por ciento hasta apenas 1 por ciento.
"Es demasiado pronto para medidas de este tipo", dijo Ángel Laborda, ex jefe de difusión pública quien ahora es economista principal en Funcas, la fundación de bancos de ahorro, con sede en Madrid. "Es como una medida electoral".
El cansancio por la austeridad está instalándose en toda la eurozona. En Dublín, dado que la popularidad del gobierno irlandés decae, un alto ministro señaló la semana pasada que tal vez se reviertan algunos recortes de remuneraciones para trabajadores del sector público. A unas 900 millas (1.500 kilómetros) en Madrid, Rajoy está tratando de proteger a su ejército de funcionarios locales de la ira de los votantes antes de las elecciones del próximo año en las que corren peligro los bastiones partidarios tradicionales.
Alrededor de un 13% de los encuestados dijo que apoyaría al Partido Popular de Rajoy en un sondeo que realizó el mes pasado el encuestador estatal. En 2011, Rajoy ganó por 45% de los votos.
El gobierno central está aliviando las condiciones de los préstamos de rescate para las regiones en tanto la deuda pública de España se apresta a alcanzar 104% del Producto Interno Bruto en 2015, según estimaciones de la Comisión Europea. La comisión proyecta que Rajoy no cumplirá con la meta para el déficit de 4,2 por ciento el año próximo por 2,2 puntos porcentuales.
El país sumó 58.000 millones de euros a su deuda acumulada en el año hasta mayo, en tanto más de la mitad fue elevada por las autoridades regionales, según datos de Banco de España. Las regiones han seguido aumentando su endeudamiento pese a que las condiciones de los préstamos de rescate supuestamente debían obligarlas a controlar el gasto.
Los inversionistas están dando espacio al gobierno para aliviar la austeridad. Hacienda española vendió la semana pasada bonos a 10 años con un rendimiento mínimo récord de 2,7% dado que el Banco Central Europeo prometió mantener bajos los costos de financiamiento por un "período extendido".
Los inversionistas prefieren la deuda española a los papeles italianos, exigiendo 24 puntos básicos adicionales para comprar deuda a 10 años emitida por Italia, que inesperadamente cayó en una recesión económica en el segundo trimestre mientras que Rajoy dijo que proyecta elevar su pronóstico para el crecimiento español.