Rosario, Salta y Valparaíso. Estas tres estaciones serán los ejes de la próxima ruta del Dakar, a disputarse entre el 5 y 18 de enero del próximo año. No hubo mayores sorpresas en el trazado, pues la partida en Argentina y la llegada en el principal puerto de Chile eran las alternativas que sonaban más fuerte, tal como la inclusión de Bolivia y la salida de Perú.
En diciembre del año pasado, Gabriel Ruiz Tagle era incapaz de imaginarse este escenario. En todas sus conversaciones con los altos ejecutivos de Amaury Sports Organisation (ASO), las señales indicaban en dirección opuesta. "Se nos dio a entender que los planes eran diferentes y que ellos no contemplaban repetir la meta en nuestro país. Hubo publicaciones fuera de Chile que, incluso, nos sacaban del mapa de la carrera y hubo que sobreponerse", revela el subsecretario de Deportes desde París, donde se hizo la presentación del evento.
De acuerdo a su apreciación, el Dakar 2014 fue el más difícil de negociar para Chile, pues se corría el riesgo cierto de perder protagonismo. Para evitarlo, las autoridades del Instituto Nacional de Deportes (IND) insistieron en su posición, manteniendo la oferta de seis millones de dólares, más de lo que Perú estuvo dispuesto a gastar esta vez.
"Superamos nuestras expectativas. Incluso, pensábamos quedarnos con un hito de menor importancia (día de descanso), pero terminamos con una llegada en Valparaíso, una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad y le puede dar gran jerarquía a la carrera. Hemos crecido en protagonismo", argumenta la máxima autoridad deportiva del país, confiando en que Chile podría tener cinco o seis etapas.
Por ahora, las principales opciones para albergar el campamento y el podio son el Parque Alejo Barrios y la Plaza Sotomayor, respectivamente, pese a que se deben realizar una serie de diligencias con diversos organismos nacionales.
"Tener la meta nos llena de satisfacción. Cada una de las actividades que hace esta ciudad compromete una buena organización", sostiene el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro.
Debut boliviano
Por su parte, el estreno de Bolivia en la carrera no será exactamente como se esperaba, dado que no tendrán el día de descanso y tampoco recibirán a las máquinas pesadas, autos y camiones, en las tres etapas que tendrán. Los espectadores bolivianos sólo podrán ver motos y cuadriciclos.
"Tenemos medio Dakar, pero es un comienzo", dice Armin Franulic, presidente de la Federación Boliviana de Automovilismo Deportivo. "El tramo del salar de Uyuni es muy peligroso para vehículos grandes, por lo que se decidió hacer rutas paralelas. Me quedo con la sensación de que podríamos haber aspirado a más", agrega el dirigente, quien estará presente en La Paz cuando los altos ejecutivos de la carrera presenten el evento el 17 de abril.
Para Ruiz Tagle, "la inclusión de Bolivia es una oportunidad para estrechar relaciones", mientras que Etienne Lavigne, director de la prueba, explica que "sabíamos cómo entrar en Bolivia con todo el mundo, pero no sabíamos cómo bajar con los autos y los camiones por los itinerarios que habíamos pensado".
En estas condiciones, el aporte del gobierno de Evo Morales bajará a los dos millones de dólares, la mitad de lo ofertado en un principio.