En la recta final del Rally Mobil 2014, tres de las cinco categorías pueden terminar sus peleas por el título. De ellas, en dos los líderes han navegado tranquilamente y esperan que en Rancagua culminen con la victoria total una campaña que, hasta ahora, ha sido impecable.

Es el caso de Cristián Esteva, líder de la serie N3 Light con 115 puntos, 52 más que su escolta Eduardo Kovacs. Para levantar su primer campeonato, el piloto de Autotoy Racing necesita sólo 17 unidades de 29 disponibles en Rancagua, lo que está muy a la mano.

"La idea es pelear arriba, como siempre ha sido este año, y si se da el título, mejor aún. Sé que estoy cerca y que nos falta poco, pero vamos tranquilos", reconoce el vencedor de las últimas tres fechas del torneo: La Serena, Santa Cruz y Pucón.

En la Sexta Región, Esteva quiere "culminar una meta, tras cuatro años en el Rally Mobil y tres autos en la N2 y N3. Me gustaría ganar ahora un título". Para el fin de semana, se propone "salir rápido, pero a mi ritmo". "Soy un piloto estable y por eso busco el mayor tiempo posible, quiero mantenerme en la ruta y andar con calma. Así puedo ganar", asegura.

Un punto más que Esteva necesita Emilio Rosselot en la N4. El menor del clan Rosselot ya tuvo su primera opción en la fecha pasada en Pucón, pero su festejo se postergó.

"Imaginaba un poco estar en esta situación, pero prefiero no pensar en esto. No quiero ponerme esa presión", indica el piloto del Team Rosselot y de campaña brillante: de 10 etapas corridas este 2014, ha ganado nueve. Sólo el segundo día del rally de La Serena se le escapó.

"En Rancagua saldré a hacer lo mismo de antes y no quiero pensar en el título o salir con una calculadora. Si al final se dio que sumé los puntos para ser campeón, lo celebraré. Pero quiero tomarme esta carrera como una más", dice Emilio, líder con 51 puntos de ventaja sobre su hermano Gerardo.

Algo más difícil que Esteva o Rosselot la tiene Cristóbal Ibarra. Matemáticamente puede ser campeón, pero necesita ganar 27 puntos. Igualmente, el menor de los hermanos Ibarra se ilusiona con cerrar ahora la pelea.

"Saldré a buscarlo ahora, pero si veo que en los primeros primes del sábado se complica un poco, iré con más calma para quedar cerca y ganar en Casablanca", apunta el corredor del equipo Hankook Suzuki Majorette, quien en Pucón abandonó en el primera etapa, lo que permitió el acercamiento de los hermanos Vicente y Benjamín Israel, sus escoltas a 42 puntos.

Pese a que los mellizos acortaron la brecha, Ibarra no se asusta. "En este año no ha pasado que en carrera me descuenten mucho los Israel", dice el piloto, quien en 2013 peleó su opción de su primera corona, pero una operación a mitad de año en el hombro izquierdo, por una fractura de clavícula, lo sacó de carrera.

El título, a juicio de Cristóbal, tendrá un factor importante en su proceso de maduración. "Es distinto pensar en dar un salto a otras categorías con un campeonato que sin uno. ¿Desmarcarse de su hermano Ramón? Ya lo hice cuando él se fue a la R3", apunta.