"¡Uf! Ahora no puedo. ¿Sabés lo que es ser yo en estos momentos? Recién llegué a Santiago y estoy lleno de reuniones, firmando papeles". Así de ajetreadas han sido las últimas horas de Pablo Vitamina Sánchez, anunciado desde ayer como nuevo entrenador de O'Higgins de Rancagua, por un año.
Y es que claro, no hay tiempo que perder. Los rancagüinos, que en tres partidos acumulan dos derrotas y una victoria, deberán enfrentar en la próxima fecha a Colo Colo, escuadra que también necesita imperiosamente los puntos.
De allí el papeleo y las reuniones que tienen agobiado a su nuevo DT, ya que en Rancagua esperan que comience a dirigir al equipo lo antes posible.
"Creemos que con Pablo podremos conseguir la regularidad que perdimos el último tiempo y aspirar a lo máximo, como debe ser siempre en O'Higgins", señaló Ricardo Abumohor, presidente de la institución.
La última derrota, a manos de la Universidad de Concepción (ex equipo de Pablo Sánchez), significó la abrupta salida del argentino Facundo Sava, quien fue incapaz de replicar los éxitos obtenidos por su antecesor, Eduardo Berizzo.
Abumohor explica la decisión de desprenderse del DT con el campeonato ya en marcha: "Se nos vienen dos partidos complicados, ante Colo Colo y Cobreloa, y creímos que lo mejor era descomprimir el ambiente dentro del camarín".
Sin embargo, el interés del Capo de Provincia por el estratega argentino no es nuevo, ya que había sido sondeado por la dirigencia celeste tras la partida de Berizzo a España.
"Teníamos una terna con Martín Lasarte (hoy en Universidad de Chile), Pablo Sánchez y Facundo Sava, y nos decidimos por este último por sugerencia del mismo Berizzo", confiesa Ricardo Abumohor.
Sánchez llega con la obligación de inyectar vitaminas a un alicaído O'Higgins.