Claudio Ranieri se niega a pensar que sus jugadores lo hayan perjudicado. Concretamente, que le 'hicieran la cama', como se denomina en el fútbol y en Chile a la actitud de confabularse para perjudicar a alguien en su trabajo. El italiano le busca otras explicaciones al bajón en el rendimiento del Leicester, al que condujo a un inédito título en la Premier League y que, curiosamente, volvió a ganar después de su salida.

"No creo. Quizás los jugadores no daban el máximo porque había otro tipo de problemas. A veces estás desconcentrado. En realidad, no creo que mis jugadores me hayan matado. No, no y no", dijo a la cadena Sky Sports.

En el mismo sentido, dijo que le agrada ver ganar al Leicester. "Estoy feliz de ver a mis jugadores rendir bien con el sistema que armé. Cuando veo los partidos, me pregunto por qué fui destituido", amplió.

Concluyó que su aspiración siempre fue mezclar dos estilos. "Armar un equipo con tácticas italianas y un espíritu inglés. Eso ocurrió en el Leicester", afirmó.