El uso de armas de manera transversal en la comisión de delitos en la zona sur llevó a que a fines de 2013 el fiscal regional Raúl Guzmán elaborara un plan de persecución penal focalizado. "Lo implementamos en San Joaquín, particularmente en La Legua, para atacar su utilización y el movimiento de municiones", explica.

Tras presentarle la iniciativa al ministro del Interior de la época, Andrés Chadwick, se comenzó a trabajar el tema con un equipo especial integrado por el OS-9, el OS-7, la Dipolcar y la SIP de Carabineros. "A fines de 2014 se incautó gran cantidad de armas, munición y se desarticuló a cuatro bandas con 60 integrantes que operaban en La Legua", asegura. Agrega que en 2015 los resultados fueron presentados al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, quien amplió el plan a Bajos de Mena, en Puente Alto, y a El Castillo, en La Pintana.

Ahora, revela, se han detectado áreas en que hay un arma por cada 10 personas. Una cifra muy superior a la tasa estimada, según un estudio internacional, que señala que en el país hay 4,7 armas por cada 100 habitantes (ver nota págs. 60-61). Respecto del número de pistolas, rifles y revólveres ilegales que circulan en la zona sur de Santiago, el fiscal admite que es "imposible saberlo". Pero lo que sí reconoce es que hay sectores donde el tema es más complejo. "Nosotros hemos patrocinado ciertas iniciativas en la Municipalidad de La Pintana para contar con elementos tecnológicos que permitan georreferenciar el lugar donde se produce un disparo y también identificar el arma desde la que se hizo. Entiendo que eso está siendo implementado", dice.

Por qué en las últimas semanas se ha hablado tanto de balaceras. ¿Tan fácil es para los delincuentes conseguir armas?

Ahí hay un tema con la autoridad fiscalizadora y el control del ingreso al país. Eso está en manos de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), el Ejército y también Carabineros. Quizás sea importante ampliar el rango de instituciones e incorporar, por ejemplo, a la PDI, ya que muchas veces en órdenes de investigar pueden concurrir a domicilios donde hay armas inscritas y fiscalizarlas. También es necesario facilitar los trámites y mecanismos para que personas que tienen armas inscritas puedan informar su situación a través de plataformas informáticas una vez al año.

¿Tiene alguna idea de cuántas armas están dando vueltas en la zona sur?

Según nuestros registros, en las 12 comunas que nos corresponde trabajar estimamos que hay sobre las 50 mil armas inscritas. Y en algunas de ellas podemos encontrar un arma por cada 10 personas y en otras, una por cada 40.

¿Y es efectivo que hay comunas de la zona sur donde el 100% de los homicidios son producto de un disparo?

La información que hemos recabado nos permite indicar que en lo que va de 2017 todos los asesinatos ocurridos en Pedro Aguirre Cerda han sido con armas de fuego. En la comuna de Lo Espejo, por ejemplo, del 100% de los homicidios que se han cometido, en un 80% de ellos hubo uso de una pistola o revólver.

El alcalde de San Joaquín, Sergio Echeverría, dice que el poder de fuego de los narcos es mayor al de las policías…

Creo que esa es una visión subjetiva. Hay algunas situaciones en donde uno ve que se han incautado armas largas de alto poder, sin embargo, no podemos hacer una generalización de que hayan superado la capacidad de respuesta que puedan tener las policías. Se han encontrado armas de fabricación industrial que a través de mecanismos permiten su adaptación de arma de puño, y de tiro a tiro, a un arma larga de disparo en ráfaga. Se han incautado fusiles Kalashnikov, subfusiles Glock y pistolas nuevas, y ahí es cuando uno puede ver la disponibilidad de armas de fuego que tienen las bandas.

Pero ahí volvemos a lo de la falta de fiscalización...

Es que hay un problema en el ingreso de las armas, su inscripción y la trazabilidad. Es decir, que todas las que entran al país pasen por un banco de prueba para que queden registradas. Esperaríamos lo mismo con las municiones, para saber qué tipo entra al país, para qué se utiliza y poder identificarlas tras el hallazgo de los casquillos.

¿Cuántas bandas están investigando?

En estos momentos estamos indagando 72 organizaciones criminales en la zona sur, dedicadas a diversos tipos de delitos. Desde narcotráfico hasta portonazos.

Las últimas semanas se ha repetido la idea de que en Chile existe una narcocultura. ¿Comparte esa opinión?

Las drogas siempre han sido un problema y lo seguirán siendo en la medida en que afecten a la salud pública, pero expresiones como "narcocultura" son desafortunadas y es preferible no utilizarlas, porque estigmatizan, discriminan y pueden ser usadas para manejar el miedo en la sociedad. En ningún caso podemos naturalizarla en nuestro vocabulario. De lo que debemos preocuparnos es de denunciar los delitos asociados a la droga, investigarlos y castigarlos, para evitar que permeen en la estructura social.