Un baile. Tal cual. El clásico del mundo no pudo ser más disparejo. Real Madrid se quedó con la Supercopa de España dándole una clase al Barcelona. Luego del triunfo de la ida en el Camp Nou (1-3), el elenco merengue cerró la serie con otra victoria (2-0), una profundamente convincente, dejando en claro el gran estado de forma del cuadro de Zinedine Zidane.

El Madrid no sintió la ausencia de Cristiano Ronaldo. En la previa al choque, el Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol rechazó el recurso presentado por el club blanco, con lo cual se mantiene la sanción de cinco partidos en contra del portugués por su expulsión en la ida, una por la doble amonestación y cuatro por el empujón al árbitro De Burgos Bengoetxea (ya cumplió una). "Me parece exagerado y ridículo, esto se puede llamar persecución", dijo CR7 en su cuenta de Instagram. Vio el partido desde un palco.

En partidos de este nivel, pocas veces se vio lo acontecido en el primer tiempo. Una superioridad brutal. Una diferencia sideral. El conjunto de Zidane hizo ver muy mal a su rival, que estaba en una sintonía muy menor. El experimento del técnico Ernesto Valverde, un 3-5-2 que dejó a Messi y Suárez como únicos delanteros, más la presencia de Mascherano acompañando a Piqué y Umtiti atrás, dejó más dudas que otra cosa. La esencia de los azulgranas no llegó al Bernabéu.

La Casa Blanca se demoró cuatro minutos en abrir la cuenta, mediante un remate de Marco Asensio que dejó sin ninguna reacción a Ter Stegen. Golazo para encarrilar la serie. El trío atacante Lucas Vázquez-Benzema-Asensio le causó muchos problemas a una permeable zaga culé. Además, un siempre claro Luka Modric contribuyó con la salida limpia desde el medio. En los 39', Karim Benzema puso el 2-0 (5-1 global). La lápida.

En el complemento Valverde movió su tablero, aunque sin efecto. Con más ganas que fútbol, el Barcelona trató de arrimarse al arco de Navas, pero la diferencia era demasiado notoria. A su vez, Real Madrid bajó un cambio y controló el cotejo según sus intereses. A la larga, fue un claro campeón.

Este fin de semana arranca la liga española, ocasión para que los merengues refrenden su espectacular momento, y para que los catalanes laven heridas. El domingo, Barcelona recibirá al Betis, y en el mismo día el Madrid visita al Deportivo de La Coruña.