El proceso de paz en Siria está en riesgo de naufragar, después de que varias formaciones rebeldes anunciaron hoy que no participarán en las negociaciones patrocinadas por Rusia y Turquía, acusando a Damasco de continuas violaciones de la tregua, entrada en vigor hace cuatro años.

El acuerdo para el cese del fuego, el tercero en seis años de guerra civil, fue suscrito el 29 de diciembre pasado, pero con la importante novedad de una dirección ruso-turca, y con apoyo de Irán. Y sin la ONU ni Estados Unidos.

Moscú y Ankara, habían logrado hacer acordar a Damasco y a una docena de grupos rebeldes a interrumpir las hostilidades por la medianoche, y sobre todo sentarse a una mesa para lograr finalmente una reconciliación política, a fines de enero en Astana, capital de Kazajistán. Tanto que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas había dado luego su apoyo al plan.

Por los primeros tres días la tregua pareció ser efectiva, pero hoy los mismos rebeldes que se dijeron estar listos a hablar con el presidente sirio, Bashar al Assad, dijeron haber perdido la paciencia.

Y por eso anunciaron el "congelamiento de todo tipo de discusión ligada a las negociaciones de Astana", y prácticamente boicotearon las reuniones, acusando al régimen de continuas violaciones al cese del fuego.

En un comunicado difundido esta noche, las facciones rebeldes afirmaron haber "respetado el cese del fuego en todo el territorio sirio" pero que "el régimen y sus aliados no lo hicieron, con significativas violaciones en las regiones de Wadi Baraba y Ghouta".

Y "pese a los continuos pedidos formulados al garante del régimen (Rusia), tales violaciones continúan, amenazando la vida de cientos de miles de personas", se lee en la misiva.

El acuerdo suscrito el pasado 29 de diciembre parecía presagiar una evolución positiva de la crisis, no solo por el aval del acuerdo por parte de Rusia, sino también por el ingreso como actor principal de Turquía, que siempre vio al régimen de Assad como "humo en los ojos", y que esta vez eligió quitar el veto al régimen, probablemente para ganar una zona de influencia en el país pacificado.