Los rebeldes chiitas hutíes y sus aliados se hicieron el jueves con el control del palacio presidencial de Adén, en el sur de Yemen, último símbolo del Estado, infligiendo un duro golpe a Arabia Saudí, que desde hace ocho días lanza bombardeos aéreos contra las milicias apoyadas por Irán.
"Decenas de milicianos hutíes y sus aliados, llegados en blindados de transporte de tropas acaban de entrar en el palacio presidencial Al Maachiq", declaró a la AFP un alto responsable de las fuerzas de seguridad que fue testigo del asalto de los rebeldes.
Los rebeldes encontraron una fuerte resistencia de los llamados "comités populares", paramilitares favorables al presidente Hadi, que intentaban desalojar el complejo, un conjunto de edificios situados en lo alto de una colina que desciende abruptamente sobre el mar.
Allí solo se puede acceder por una carretera tortuosa desde el centro del barrio de Crater.
Hacia las 16H30 (13H30 GMT), un miembro de los "comités populares" afirmó que en el interior del complejo había "violentos combates", evocando disparos de cañón.
La toma del palacio se producía en el octavo día de campaña aérea de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, que juró acabar con los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, que controlan ya la capital Saná y varias provincias de Yemen.
El asalto final llegaba después de duros enfrentamientos entre los rebeldes chiitas y los partidarios del presidente yemení Abd Rabo Mansur Hadi,en los que murieron al menos 44 personas, según un balance que incorpora las cifras aportadas por las autoridades médicas a los datos de militares.