Rebeldes libios montan un museo de trofeos de guerra en Misrata
Resaltan en la exposición la escultura del puño de hierro aplastando a un avión estadounidense, que estaba en el palacio de Gaddafi, también se muestra el sillón verde del coronel.
El primer mueso de la guerra que libraron contra las tropas del ex líder libio, Muammar Gaddafi, montaron los rebeldes en Misrata.
En la desolada calle Trípoli, donde se vivieron los combates más feroces se levanta esta modesta exposición, mitad al aire libre, mitad cubierta.
Los doscientas brigadas de milicianos han contribuido a enriquecer los fondos del museo con símbolos del régimen traídos de Trípoli y de Sirte.
Una de las piezas más llamativas de la exposición es, sin duda, la escultura "del puño de hierro aplastando a un avión norteamericano" que representa la resistencia libia y que Gadafi mandó erigir ante un palacio de su residencia de Trípoli después de que EEUU lo bombardeara en 1986 para intentar matar al coronel.
Los rebeldes de Misrata, tras participar en la toma del complejo residencial de Gadafi de Bab al Aziziya, a las afueras de Trípoli, arrancaron con una grúa esta construcción metálica de varios metros y no dudaron en llevársela a Misrata.
Además del puño de acero, donde los visitantes al pequeño museo se agolpan para hacerse fotos, en la sala de exposición se encuentra el sillón de Gaddafi de su residencia de Sirte, de donde los rebeldes se trajeron también el cadáver del dictador al que expusieron públicamente durante cinco días como si fuera otro trofeo más.
En el museo, que lleva por nombre Murad Ali Hasan Jaber (el camarógrafo del canal qatarí Al Jazeera asesinado en Bengasi en marzo), también se muestran las fotos de un millar de muertos y desaparecidos durante el régimen del coronel, incluidas la víctimas de la rebelión del 17 de febrero.
El objetivo, según sus fundadores es que la gente se haga una idea de las armas que se utilizaron en el conflicto y que la gente no lo olvide. Y así, además de la silla de Gaddafi o los platos que usaba para comer, dos copias del Corán o una enorme estatua de un águila traída también desde Trípoli, del cuartel de las brigadas de Salahaldin, también se pueden ver numerosos tipos de armamento.
BOMBAS, COHETES, MORTEROS
Desde balas de kalashnikov, hasta una bomba de media tonelada, pasando por cohetes, morteros, proyectiles, tanques de fabricación rusa, chalecos anti balas caseros y una botella de mosto Don Simón, que no se sabe muy bien cuál es su función en la exposición, pero que está situada junto a una de ginebra, para mostrar, quizá, que los gadafistas bebían alcohol, algo prohibido por el islam.
"Lo que más me llama la atención son los tanques y la bomba de 500 kilogramos", dice a Efe Ahmed Woyah, que ha venido con unos amigos desde Trípoli a 200 kilómetros al oeste para ver la destrucción de la ciudad y de Sirte "que dicen que está mucho más destruida", comenta.
Pero no todos las piezas de la ciudad están expuestas, Omar al Shibani al Shalihi, jefe de la brigada Al Guirán, la que detuvo a Gaddafi el pasado día 20 en Sirte, guarda con celo sus trofeos, que saca de una bolsa blanca sin estampados cuando llega a la entrevista concedida a Efe.
El revólver que el difunto dictador llevaba en la mano cuando fue arrestado: un "Magnum 357 Smith and Wesson", un teléfono "Thuraya" con la pantalla rota, una bota de cuero negro con cremallera y tacón, el turbante que llevaba en la cabeza y un amuleto.
PISTOLA DE ORO
Pero hay otro objeto que Al Salihi no lleva consigo, la pistola de oro que le incautaron al coronel. Asegura que de momento no piensa cederlos a la exposición, aunque tampoco descarta que en un futuro los intente vender. De momento, dice que esperará a que las cosas se tranquilicen y que luego verá.
Al preguntarle por la detención de Gaddafi, Al Salhi se lanza a interpretar, Smith and Wesson en mano, el momento de la captura del dictador. Para ello, incluso se arrodilla y avanza en cuclillas colocando los codos en el suelo con la pistola en la mano, como si saliera de la tubería en la que se encontraba escondido Gaddafi en Sirte. "Jerkun, shu fi ya awlad?" (¿Qué tal, qué pasa hijos míos?), aseguró al Salhi reproduciendo las primeras palabras que al parecer pronunció Gaddafi al ser detenido y que se han convertido también en otro trofeo, aunque inmaterial, de los rebeldes de Misrata.
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