Los rebeldes consiguieron este lunes su victoria más importante desde el inicio de la revuelta en Siria al apoderarse de una capital de provincia.
Después de un ataque en territorio iraquí que este lunes acabó con al vida de 48 soldados sirios y nueve guardias iraquíes, Bagdad prometió resistir a los intentos de propagar la crisis siria en Irak.
En Raqa (norte de Siria), capital de la provincia del mismo nombre, "los rebeldes controlan casi toda la ciudad", anunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en el Reino Unido que se apoya en una amplia red de militantes y fuentes médicas sobre el terreno.
Los combates continuaban y los bombardeos aéreos del régimen se dirigían contra la ciudad, indicó la misma fuente.
"En las próximas horas, Raqa será la primera capital de provincia que estará fuera del control del régimen", declaró a la AFP Rami Abdel Rahmane, director del OSDH. Según él, son los yihadistas del Frente Al Nosra, aliados a otros grupos, quienes combaten en la ciudad.
Varias informaciones daban cuenta de la muerte de un jefe de la policía, precisó el OSDH y añadió que el jefe de seguridad del Estado había sido trasladado a Turquía.
Cercana a la frontera turca, la ciudad de Raqa contaba con unos 240.000 habitantes, pero más de 800.000 desplazados llegaron y se instalaron allí desde el comienzo del conflicto en marzo de 2011.
"El pueblo sirio vivió una jornada histórica hoy con la toma de Raqa", se alegró el Consejo Nacional Sirio, principal integrante de la coalición de oposición, y describió esta conquista como "una victoria decisiva".
Por su parte, las fuerzas gubernamentales llevaban a cabo una gran ofensiva para reconquistar los barrios bajo control rebelde de Homs, indicó el OSDH, quien se refirió a los "combates más violentos desde hace meses" en esta ciudad que encabezó la revolución antes de ser retomada en su mayoría por el régimen.
Este lunes la violencia dejó al menos 105 muertos en Siria, según un balance provisional del OSDH.