Uno de los pilares sobre los que Marcelo Bielsa construye sus trabajos en los grupos que dirige es lograr convencer a todos los jugadores de sus ideas. Que lo sigan y confíen en él. Y le ha resultado y de hecho, los "bielsistas" siempre destacan que cuesta mucho encontrar un futbolista que critique el rosarino. Pero en el Athletic de Bilbao, con el que mañana disputará la final de la Copa del Rey ante Barcelona, el "Loco" enfrentó una rebelión que lo obligó a algo que pocas veces hace: cambiar una decisión.

Según destaca Marca el problema fue que Bielsa intento terminar con una tradición, pero los jugadores no aceptaron que los que quedaban afuera de la convocatoria viajarán y se hospedarán por separado.

La historia comenzó en la previa de la final de la Europa League. Según relata Marca, a los jugadores "ya les extrañó que con motivo de la final no pudieran convivir juntos en las vísperas. Pero entonces, al menos, sí lloraron juntos tras la derrota de Bucarest, donde los convocados recibieron con una cariñosa salva de aplausos a sus compañeros cuando llegaron a la concentración".

Pero ahora, Bielsa quería hacer lo mismo con el plantel, que ya está en Madrid para el duelo con Barcelona, con los 26 integrantes. Pero la idea original del entrenador era elaborar la lista de los 18 convocados, viajar con ellos a Madrid y concentrarse en el hotel Sheraton Mirasierra. Y el resto debía trasladarse por separado y alojar en otro hotel.

Para el medio español con esto Bielsa  "había sobrepasado un límite que nadie antes había osado cruzar. Históricamente, siempre que se había llegado a una cita final el partido había convivido antes, durante y después de los partidos".

Por esto es que los líderes del equipo se dirigieron directamente "a la Dirección Deportiva del club exigiendo primero una explicación de una medida tan atípica. Y luego, también una rectificación por parte del técnico. De lo contrario, incluso había gente dispuesta a viajar por su cuenta dado el desprecio que sentían por una medida absolutamente inédita en la historia del club".

Ante esto, y para evitar un conflicto que afectara a los jugadores antes del encuentro con Barcelona, Bielsa cambió la medida y aceptó que todos viajaran y concentraran juntos.