Grupos de estudiantes incendiaron este lunes la sede del partido gobernante y la residencia del primer ministro en una ciudad central, al tiempo que un amotinamiento militar se extendía por varias regiones de Burkina Faso.

La situación representa un duro desafío para el dictador Blaise Compaore, quien ascendió al poder mediante un cruento golpe de Estado hace 24 años.

Compaore anunció el viernes que disolvía su gobierno y nombró un nuevo jefe del ejército y un nuevo jefe de seguridad presidencial. Pero esas medidas no lograron poner freno al descontento que se ha generalizado en la empobrecida nación del Africa Occidental, que al menos en parte parece estar inspirado en las recientes revueltas en varias naciones árabes.

Este lunes por la noche el gobierno anunció el nombramiento de un nuevo primer ministro, Luc Adolphe Tiao, un aliado cercano al presidente, quien actualmente es embajador en Francia.

El amotinamiento comenzó el jueves por la noche en el complejo presidencial de Compaore en la capital, Uagadugu, cuando los miembros de la guardia presidencial comenzaron a disparar al aire, exigiendo el pago pendiente de sus prestaciones de vivienda.

Para el lunes, los soldados en varias ciudades se habían unido a la revuelta y la calma sólo regresó a la capital después que los militares recibieron su pago.

Anatole Kiema, una maestra de escuela primaria en el pueblo de Kaya al norte de la capital, dijo que las escuelas de la zona cerraron el lunes después de que los soldados dispararon al aire desde el domingo por la noche hasta la madrugada.

Los estudiantes comenzaron a incendiar edificios en Kudugu, la misma población donde hubo desórdenes en febrero.

No había indicios de que las protestas de los estudiantes estuviesen coordinadas con las protestas de los militares, pero en conjunto se han convertido en las voces más estridentes contra el régimen de Compaore en más de una década.

El aumento del costo de vida es el origen de los actuales desórdenes, dijo Cema Blegne, miembro del Sindicato Nacional de Maestros Africanos de Burkina Faso, un grupo que protestó el 8 de abril por los precios de los alimentos y la impunidad, y volvió a realizar una protesta la semana pasada.

Los líderes del gobierno han sido acusados a menudo de usar el dinero fiscal para mantener un estilo de vida de lujo.

Burkina Faso tiene un alto nivel de desempleo y analfabetismo. En su mayoría, la población es de escasos recursos y su economía es de subsistencia agrícola.