La recesión en EEUU podría contribuir a que niños y adolescentes se vuelvan obesos; esto, porque los padres sin trabajo tienden a gastar menos en alimentación de buena calidad y optan por comprar más comida chatarra, rápida y económica.
Así lo sugirió un estudio estadounidense que pone también el acento sobre los riesgos de la mayor exposición de los jóvenes a la delincuencia y la deserción escolar, por la pérdida de la estabilidad familiar.
Foundation for Child Development, la institución que realizó la investigación, es una organización que se ocupa de mejorar las perspectivas de vida para los niños estadounidenses.
Su análisis hace referencia al índice de bienestar de los niños de 2009, que utiliza datos del gobierno para estudiar las condiciones de vida, considerando la salud e inserción social.
El estudio sostiene que el bienestar general de los niños en Estados Unidos empeoró con el inicio de la crisis económica hace un año, aunque la tendencia tiende a disminuir hacia 2010.
El 32% de los niños en Estados Unidos tiene sobrepeso y el 16% es obeso.
"Existe un peligro permanente -dijo Kenneth Land, investigador de Foundation for Child Development- de que aumenten los niños y adolescentes que presenten sobrepeso, por comer alimentos grasos o comida rápida. Esto los expone a elevar sus índices de colesterol y azúcar, con el peligro de desarrollar patologías como la diabetes, hipertensión y problemas cardíacos".
La tasa de mortalidad infantil en la faja de edad de 16 a 19 años, añadió, "podría aumentar de nuevo, como en las precedentes recesiones".
"Hemos relevado un número creciente de adolescentes de los 16 a los 19 años que no va a la escuela y no trabaja. Estos jóvenes están, particularmente, expuestos a la delincuencia", añadió Land.