Tras una investigación policial junto con el FBI se detectó una red de presos que durante casi cinco meses se habían fugado para visitar a sus familiares, compras cigarros e incluso tequila y luego volvían a la Penitenciaria Federal de Atlanta, sin que nadie se enterará.

El recinto donde alguna vez estuvo preso el mafioso Al Capone, había sido investigado por fallas en la seguridad, y según la más reciente indagación los reclusos salían de agujeros ubicados en la valla perimetral y aprovechaban de realizar todo tipo de actividades como ir comer a un restaurant, realizar visitas a sus familiares. Algunos utilizaban su tiempo para comprar teléfonos, cortaúñas, licores y tabaco.

La pareja acusada de crear esta red estaba formada por el recluso Deldrick Jackson (41) y su pareja Kelly Bass (38), quien era la encargada de transportar a los presos hacia donde ellos quisieran a cambio de un pago.

Jackson, en tanto, coordinada los servicios desde el interior de las celdas.

El "negocio" funcionó hasta abril de este año, cuando instalaron cámaras de vigilancia dentro del ese sector del penal, que captaron la situación.

Finalmente la pareja fue arrestada junto a otras personas por conspiración para ayudar a fugas y por evasión penitenciaria.