Un grupo de expertos designados por el Gobierno de EEUU recomendó hoy que las mujeres reduzcan el número de mamografías para detectar cáncer de mama debido a los efectos secundarios y a los problemas que plantean esos exámenes.

Según los miembros del grupo que debía analizar el sistema de las mamografías, existen pruebas de que los efectos negativos potenciales en mujeres que se someten al examen a partir de los 40 años de edad son mayores que los beneficios.

La recomendación se basó en un análisis de estudios médicos, incluyendo una investigación en Suecia de alrededor de 70.000 mujeres, otro de una prueba británica en la que participaron más de 160.000, así como datos de otras 600.000 proporcionados por el Consorcio de Vigilancia del Cáncer de EEUU.

"No estamos diciendo que las mujeres no deban someterse a un examen que salva vidas", explicó Diana Petitti, vicepresidente de la Comisión de Servicios Preventivos de EEUU que planteó la recomendación.

"Lo que sugerimos es que no sea rutinario. Existen efectos negativos o daños importantes que deben ser considerados de manera cuidadosa", añadió.

Las nuevas pautas para los exámenes de este tipo también señalan que no existen pruebas de que sea positivo que las mujeres mayores de 70 años los mantengan de manera rutinaria.

CONTROVERSIA
El nuevo consejo representa un cambio importante y entra en conflicto con las recomendaciones tradicionales de la Sociedad Oncológica Estadounidense de comenzar los exámenes a partir de los 40 años.

De hecho, incluso antes de publicarse mañana en la revista Annals of Internal Medicine, las recomendaciones provocaron un intenso debate entre los expertos.

Según los detractores de la mamografía rutinaria, los cambios constituyen un reconocimiento de que el mayor número de pruebas, exámenes y tratamientos no son siempre beneficiosos y en muchos casos pueden dañar a las pacientes.

Por otra parte, las mamografías pueden producir resultados falso positivos en alrededor de un 10 por ciento de los casos, según señalan.

Esos resultados pueden provocar ansiedad, exámenes y pruebas sin mayor utilidad, en algunos casos biopsias desfigurantes, así como tratamientos innecesarios incluyendo los de radiación y quimioterapia.

"Era hora", dijo Fran Visco, presidente de la Coalición Nacional del Cáncer de Mama.

"Las mujeres merecen la verdad (...) y la verdad es la prueba de que (la mamografía) no siempre es útil y puede ser nociva", indicó.

Alrededor de 39 millones de mujeres se someten a una mamografía cada año en Estados Unidos, lo que significa un costo de más de 5.000 millones de dólares para el sistema de salud de este país.

Según dijo al diario The Washington Post, Susan Love, experta en cáncer de mama de la Universidad de California, las bondades de la detección precoz han sido exageradas.

"No estamos diciendo que no se haga. Para algunas mujeres debería ser una rutina. Pero no para todas. Creemos en nuestra sociedad que más es mejor. Lo que decimos es que no es así", agregó.

Según cifras de la Sociedad del Cáncer de EE.UU., el año pasado en este país se detectaron más de 180.000 casos de cáncer de mama, con la muerte de más de 40.000 pacientes.

Los expertos del grupo indicaron que aunque la mamografía anual en mujeres a partir de los 40 años redujo la tasa de mortalidad en alrededor de un 15 por ciento, los modelos establecieron que desde los 50 años el beneficio fue modesto.

Por cada mil mujeres examinadas a partir de los 40, los modelos sugirieron que se previno solo un 0,7 muertes en tanto que 480 mujeres recibieron un resultado falsopositivo y 33 se sometieron a biopsias que fueron innecesarias, señaló el informe.

Por otra parte, reducir el examen bianual en mujeres mayores de 50 años mantendría un 81 por ciento de los beneficios recogidos por un examen al año y reduciría a la mitad los resultados falsopositivos, indicó.

Sin embargo, la Sociedad del Cáncer y el Colegio de Radiología de EE.UU. indicaron que los beneficios de la mamografía rutinaria han demostrado su valor en la reducción de las mastectomías y en el número de muertes.

"Se han salvado miles de vida con la mamografía y estos idiotas quieren librarse de ella", manifestó Daniel Kopans, profesor de radiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en declaraciones al diario The Washington Post.

"Esta es una locura, inmoral", añadió.