El director regional de Onemi Región Metropolitana, Rodrigo Rojas, explica que ante una situación como la del fin de semana, opera el sistema de protección civil, que tiene como autoridad al intendente y un organismo que coordina, la Onemi. La Dirección Meteorológica actúa como apoyo, con la cual Onemi se coordina ante eventos meteorológicos de riesgo para la población.
En este caso, dice Rojas, el aviso meteorológico llegó el jueves 23. Indicaba la probabilidad de precipitaciones en la precordillera de la Región Metropolitana y otras zonas del país. "Esa información se compartió con todas las comunas precordilleranas de Santiago y la provincia Cordillera. Y se entregó un análisis de riesgo con las recomendaciones para la población".
El viernes, ese aviso escaló a alerta meteorológica. Nuevamente se informó a las comunas, junto al análisis de riesgo. "La gobernación realizó un comité de emergencia con todas las autoridades de acción civil y se tomaron medidas preventivas. Carabineros hizo recomendaciones directas, instruyendo a hacer retiro de la zona", dice Rojas.
Pero el sistema no tiene la autoridad para obligar a las personas a que salgan del lugar, explica Rojas.
Y los efectos de una tormenta de núcleo frío de altura hasta ahora no eran considerados como un peligro por la población, dice José Luis Arumí, hidrólogo y decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la U. de Concepción. "Conocíamos el efecto del invierno boliviano, producido por sistema frontal. Pero lo que ocurrió ahora con el núcleo frío de altura son tormentas que no estaban internalizadas como peligrosas".
Además, agrega Arumí, ahora más gente tiene acceso a esos lugares, aumentado el riesgo. "Hemos visto un alza de la ocurrencia de estos eventos en los últimos 15 años".
Un núcleo frío de altura es diferente a un sistema frontal. Genera una condición distinta, explica Arumí, lo que requiere pensar de forma diferente. "En un sistema frontal, todo el mundo sabía que llovía y no se metería al río. Pero el núcleo frío de altura genera una condición distinta y muchas personas no se enteran de que llueve y que están en peligro".
Alvaro Mauro, encargado del Laboratorio de Meteorología de la U. de Santiago, cree que el gran problema es la falta de un canal centralizado de información al cual todos los interesados puedan acudir para conocer el riesgo de aluvión. "En este caso, desde el viernes se sabía que existía esta lluvia, la información fue comunicada a los organismos pertinentes, como la Onemi o Carabineros, pero luego de eso no hay un canal central donde el resto de la población pueda informarse".
Al igual como pasa con los tsunamis, dice Arumí, podría llegar una alerta a los celulares para alejarse del río. "Eso es relativamente fácil. Pero no está internalizado, y en los tsunamis tampoco lo estaba. Se necesitó el tsunami de 2010 para aprender y generar la alerta",
Contar con un sistema de alerta a celulares aún no está considerado, dice Rojas. Sí admite que actualmente tienen un proyecto para determinar de manera centralizada todos los riesgos que se pueden generar en las zonas cordilleranas.