El reconocimiento  de Palestina como "Estado observador" no miembro en la ONU desató una serie de recriminaciones y debates políticos internos en Israel. Sectores de derecha acusan a los palestinos de  sabotear la paz y la oposición reprocha al primer ministro Benjamin Netanyahu no haber sabido impedir la aprobación en la Asamblea General.

Las reacciones de los políticos israelíes son tanto más polarizadas que la decisión de Naciones Unidas y tienen lugar en plena campaña para las elecciones legislativas anticipadas del 22 de enero.

"Israel: las Naciones Unidas recompensan el terror", tituló el diario gratuito Israel Hayom, cercano al primer ministro Netanyahu.

Si bien en los últimos días algunos responsables israelíes dieron a entender que Israel no tomaría represalias ni cuestionaría los acuerdos logrados con los palestinos, el viceprimer ministro Sylvan Shalom amenazó con  adoptar sanciones. Shalom es un "halcón" que ocupa el tercer lugar en la lista del Likud  (derecha) para las próximas elecciones.

"Aún cuando Abú Mazen (nombre de guerra del presidente Mahmoud Abbas) sea  considerado como un moderado, no es fiel a los compromisos de su predecesor Yasser Arafat",  declaró Shalom a la radio pública. "Los acuerdos de Oslo (1993) prohibían las iniciativas unilaterales",  agregó. 

"La violación de esos acuerdos (...) significa que Israel también puede  tomar medidas unilaterales como aplicar la soberanía israelí en los  Territorios", amenazó Shalom. El ministro israelí aludía a una eventual anexión de Cisjordania ocupada en  parte por Israel. Cada tanto algunos extremistas del Likuda lanzan esa amenaza.

Tal iniciativa parece improbable, pero en cambio Israel podría bloquear los impuestos que recauda por cuenta de la Autoridad palestina o reducir el número  de permisos de trabajo para los palestinos.

Para la oposición, el blanco de todas las críticas es el gobierno de  derecha de Netanyahu, gran favorito en las próximas elecciones.

La oposición acusa al premier del estancamiento de las negociaciones con  los palestinos, oficialmente en punto muerto desde octubre de 2010, pero en  realidad paralizadas desde 2008.

"Con el reconocimiento en la ONU (de Palestina), Israel ha perdido los  logros obtenidos mediante las negociaciones", lamentó por su lado la ex  ministra  de Relaciones Exteriores Tzipi Livni (2006-2009), que  en la  perspectiva de las elecciones, esta semana lanzó un nuevo partido de centro. "Esto es el resultado de una política errada, de cuatro años de  estancamiento político, de discursos y de acusaciones del gobierno de Netanyahu  (...) que ha atentado contra Israel y contra nuestros intereses de seguridad  frente a los palestinos y al mundo", declaró Livni.

Anteriormente, Tzipi Livni había declarado que con su gestión ante la ONU,  los palestinos incluso habían cometido un "atentado estratégico" que el  gobierno "habría podido detener mediante negociaciones".

La dirigente del partido de izquierda Meretz, Zahava Gal-On fue mucho más  allá estimando que Israel había podido sostener la iniciativa palestina. "Un  Estado palestino es en interés de Israel", afirmó.

Tal como los dirigentes del gobierno, numerosos comentarista destacaban que  el nuevo estatuto de Palestina en la ONU, aprobado por más de los dos tercios  de los países representados en el organismo internacional,  tendrá pocas  consecuencias concretas.

"El número de países que apoyaron la resolución de la ONU (dando a  Palestina el estatuto de Estado observador) no es importante. Sin el acuerdo de  Israel no habrá Estado palestino. Después de todo, Israel representa 50% del  conflicto y un voto en las Naciones Unidas no cambiará nada", insistió un  editorial del diario Yediot Aharonot.