Después de un viaje de 16 horas, el Papa Francisco aterrizó a las 19.14 en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez. Tras descender del avión, el Pontífice fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet, y un grupo de niños que le dejaron flores. Además, se acercó a saludarlo el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva. Tras recorrer la alfombra roja, junto a la Mandataria, fue recibido por una orquesta juvenil que le rindió un homenaje.
Una de las primeras salidas de protocolo fue por parte de los alcaldes que lo esperaban en la losa. El primero en acercarse fue el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, a él se le sumaron otros ediles como Rodolfo Carter de La Florida, Carlos Cuadrado, de Huechuraba, y Cathy Barriga de Maipú. Luego de ello, saludó a los miembros de la comitiva que lo acompañarán durante la gira, entre ellos el sacerdote Jorge Delpiano, su amigo y compañero de formación.
Tras retirarse del lugar en vehículo cerrado, el Papa llegó hasta la Parroquia San Luis Beltrán de Pudahuel, donde lo esperaban cientos de fieles en medio de canciones, aplausos y gritos. En el lugar, el Pontífice visitó la tumba del sacerdote Enrique Alvear Urrutia, conocido como el "obispo de los pobres" y fue recibido por el párroco del templo, Julio Larrondo. "Este acto es el más importante que he vivido en mi sacerdotado. Como comunidad estamos muy contentos de que nos haya elegido", dijo Larrondo con emoción.
"Es algo histórico. Que venga el Papa Francisco a esta población en Pudahuel habla de que sabe lo que sentimos los pobres. Es muy emocionante ver a toda la gente unida", dijo Bárbara Contreras (32), una de las fieles que lo esperaba en el lugar.
Ximena David, católica de 68 años, sostuvo que llegó horas antes porque "es primera vez que veo al Santo Padre en persona. Entre otras cosas, quisiera su bendición por lo enferma que estoy de diversas patologías como artrosis". Otro grupo de personas que acudió al lugar fue la familia Ruiz Alvarado, que llegó en masa para poder ver al Pontífice. "Vimos en 1987 al Papa Juan Pablo II y ahora queremos lo mismo, porque siempre hemos tenido fe en que él nos ayudará", dijo Teresa Ruiz, de 69 años.
Tras una breve oración en la tumba, el Pontífice salió de la parroquia y siguió su recorrido hasta avenida Brasil con la Alameda, donde abordó el Papamóvil.
Con banderas, carteles y pañuelos, miles de personas lo esperaban en las calles de San Pablo, Alameda, Brasil y Providencia, donde desde temprano se habían instalado con banderines, sillas, quitasoles y agua a esperar detrás de las vallas papales que copaban el recorrido. Uno de ellos fue Luis Catrilaf (43) quien llegó con su hija para ver pasar al Papa. "Fue emocionante, me gustaría que hubiera pasado más lento para verlo más tiempo", dijo.
Pasadas las 20:30 horas el Papa llegó a la Nunciatura Apostólica, en Providencia, donde se acercó a saludar a los fieles que llevaban varias horas esperándolo. Fotos, regalos y banderas de Chile eran algunos de los obsequios que la gente le entregaba al Pontífice. Uno de ellos fue un solideo -pieza que cubre su cabeza- por parte de un niño, que el Pontífice recibió y se puso en la cabeza. Además, muchas madres acercaban a sus niños para que el Papa les diera su bendición, incluso provocando lágrimas de emoción entre los fieles.
En el lugar, fue recibido por dos coros de niños, de los colegios Verbo Divino y Villa María. Los menores cantaron las canciones 'Francisco, amigo' y 'Mi paz les doy'. Todo bajo fuertes medidas de seguridad.