"Metro de Santiago les informa que nos encontramos con servicio normal en toda la Línea 6". Esa fue la anhelada frase que se dejó escuchar en las estaciones de la nueva línea que ofrece el tren subterráneo capitalino durante la mañana de este viernes. Es una realidad, Santiago ya tiene una nueva Línea de Metro.
Niños, escolares, universitarios, trabajadores, todos se mostraron maravillados con las nuevas instalaciones que poseen las 10 estaciones del recorrido, inaugurado durante la jornada de ayer jueves por la Presidenta Michelle Bachelet a ocho años de haber sido anunciado.
Dicha línea, que conecta Los Leones con Cerrillos en poco más de 20 minutos, hoy vivió su primera hora punta matutina y la preparación se notó. Desde que las rejas se abrieron alrededor de las 5.40 de la mañana, guardias, monitores y anfitriones de Metro estuvieron preparados, respondiendo a cualquier inquietud que los usuarios pudieron presentar y atentos a cualquier requerimiento.
Muchos aún caminaban a paso firme con sus celulares en las manos, captando cada imagen que pudieron y familiarizándose con el entorno que a varios les permitirá reducir sus tiempos de viaje a la mitad. La imagen de moda, captar el momento exacto en que las puertas de andén y las de los carros coinciden y se abren permitiendo el paso de los usuarios hacia el interior del tren.
A primera hora (6.00 am) las estaciones se encontraban casi vacías, sólo algunos madrugadores caminaban por los solitarios e iluminados pasillos, situación que fue cambiando conforme avanzaban los minutos y se acercaba la temida, para muchos, hora punta.
Ricardo, vecino de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, fue uno de los usuarios que hizo uso del servicio a esa hora y quien ha visto, entre ayer en la tarde y hoy en la mañana, como su tiempo de viaje ha disminuido de una hora veinte a 50 minutos.
Previo a la apertura de esta línea, Ricardo debía tomar una micro en las cercanías de su casa en Lo Valledor para llegar al Metro y así a Quilicura, donde trabaja, pero ahora, camina hasta la nueva estación Lo Valledor, ahorrándose 30 minutos de trayecto.
Aumenta el público
A partir de las 7.00 de la mañana la afluencia de público comenzó a aumentar, aparecieron quienes tenían que ir al colegio; quienes debían realizar algún trámite y los oficinistas.
A esa hora tomó uno de los trenes Alejandro, venezolano residente en Chile hace dos meses y a quien la nueva línea "le ha ido de maravilla", como el mismo reconoce. Está impresionado con lo "tecnológico" que es el nuevo servicio y más aún con que ahora ya no tiene que tomar micro, Metro y micro para llegar a su trabajo en Cerrillos. Vive cerca de la estación Bilbao, por lo que ahora combina en Tobalaba y en Los Leones y se baja sólo a cuadras de su trabajo.
Además de ello, está contento porque ya le comentaron que unos "paisanos" abrieron un local de comida venezolana en las afueras de unas de las estaciones, no está seguro de cual, por lo que su plan es darse un recorrido por cada una y así aprovechar de conocer.
Adiós andenes vacíos
Los "permiso", "disculpe", "¿baja?", a las 8.20 horas ya se habían tomado el ambiente en los vagones. A esa hora el tren que salió desde Cerrillos lo hizo casi repleto y en estación Franklin, donde está la combinación con Línea 2, hubo que hacer el espacio para quienes debían subir y así se mantuvo hasta Los Leones.
Con los carros casi a tope, las puertas, como pasa también en las otras líneas, debieron abrir y cerrar varias veces en las detenciones, pues no falta el que aun cuando no hay más espacio, quiere subir a toda costa.
"Esto sí que sigue igual", "hay cosas que no cambian", sostuvieron algunos entre risas, y es que a pesar de que la Línea 6 aún no cumple 24 horas de funcionamiento, la gente la está aprovechando desde el primer minuto.
El atochamiento se hizo notar con mayor fuerza en la estación terminal, Los Leones, y donde se encuentra la combinación con Línea 1. La verdad, el andén se hace más bien chico para la cantidad de usuarios que en "hora peak" buscan acceder a la principal línea subterránea de la ciudad.
En el lugar, los gritos fuertes de los monitores vestidos con chaquetas rojas indican a la gente hacia dónde se encuentra la combinación, en qué dirección y dónde se sitúa la salida. A paso lento, producto del "taco" que se genera, se logra salir del lugar y continuar hacia el destino que cada uno tenga.
Los grandes ausentes
Pese a que su trabajo no está permitido, los grandes ausentes en esta línea son los vendedores ambulantes. En todas las estaciones se evidenció la ausencia de los conocidos comerciantes que ofrecen a los usuarios sus productos.
Ni chocolates ni galletas ni audífonos ni bebidas, no se ofrecían productos, tal como lo indica la información que Metro ha dispuesto en los vagones. Quien venda o compre productos al interior del servicio puede ser multado, dicen los carteles.
Asimismo, no se constató la presencia de los habituales músicos que con su trabajo, y sin la intención de perturbar el viaje de los pasajeros (como ellos mismos siempre aseguran), intentan animar los trayectos.
Además, llama la atención que las estaciones se mantienen bastante sobrias, sin los llamativos murales o diseños que se encuentran en las de otras líneas, a excepción, claro, del mural y del avión que recibe a la ciudadanía en Cerrillos.