Esta semana, el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, presidió por primera vez la reunión del Consorcio de Universidades Estatales (Cuech), cargo para el cual fue electo a principios de enero por sus pares. Desde esa posición, enfatiza las prioridades respecto de la gratuidad y del trato que deben recibir los planteles del Estado.
Usted propuso crear una red de Ues. estatales, ¿qué implica eso?
En nuestra campaña para la rectoría de la U. de Chile enfatizamos mucho que no siga siendo un archipiélago de facultades o de centro de costos de facultades, porque cuando el criterio es que cada facultad tiene que financiarse, evidentemente cada una tiene que arreglárselas por su cuenta. Es muy parecida la situación que se vive, a otro nivel, entre las universidades estatales. Dentro de la U. de Chile yo tengo que enfrentar el problema de que hay facultades que se consideran postergadas, pobres, precarizadas, versus otras que les va mejor. Desde luego que en el sistema de universidades chileno eso es más dramático.
¿Cómo avanzar en aquello?
El concepto de universidades estatales se funda en una red de planteles que tienen una misma motivación, una misma causa, una misma voluntad. Eso debería implicar que compartan muchas cosas, como homologación de ramos, posgrado. El sistema hasta aquí ha sido que cada uno se salve como pueda.
¿Han pedido que la gratuidad parta en las Ues. estatales?
La gratuidad no puede dejar de incluir a las universidades estatales. Y, por otra parte, el gobierno va a invitar -tengo entendido- a todas sin otro criterio que la acreditación.
¿Si los recursos no alcanzan, es partidario de un impuesto al graduado de sectores más ricos?
Me parece que la gratuidad es un tema fundamentalmente ideológico, de cómo el estudiante se compromete con un país que le permite ser profesional y le tiende una mano para que lo logre. Uno puede entrar a muchas otras discusiones de si es regresivo, o si pagarles a los ricos la universidad. Nadie se va a sacar el pan de la boca para pagar sus estudios universitarios.
¿Con un impuesto se mantiene el concepto de gratuidad?
Lo que me importa son dos cosas: que permita una mayor inclusión, en la medida en que haga más fácil que estudiantes de bajos recursos pueden cursar exitosamente la universidad. Y lo segundo, el componente ideológico de que la gente que va a la universidad va porque el país le está dando una oportunidad de hacerse profesional y es el país al cual ellos, entre comillas, le deben moralmente.
¿Eso debe ser retribuido?
Si uno dice, por ejemplo, a aquellos que gracias a haber sido profesionales les fue muy bien en su vida económica, pueden hacer una retribución al sistema de educación, ese es tema de una conversación, pero para un nivel totalmente distinto. Lo fundamental de la gratuidad es hacer más incluyente el ingreso a la universidad. Ya no estás endeudándote para invertir en ti mismo, tu vida profesional no la ves como un negocio. Tu carrera profesional no es un negocio, la gratuidad le devuelve la dignidad a la formación profesional.
¿Debe ser universal o para quienes más necesitan?
Creo que lo correcto es la gratuidad universal.
¿Se puede pagar por educación?
También es válido, y tampoco es una cosa metafísica de que nadie puede poner un peso para educarse. Un esquema donde un profesional, al que gracias a la educación gratuita que recibió le ha ido muy bien en sus finanzas personales, haga una contribución al financiamiento de otros estudiantes no me parece que sea un pecado.
¿Las Ues. estatales están conformes con el trato que han recibido del gobierno?
Creo que el año pasado había muy buenas razones que esgrimimos las universidades estatales para recibir financiamiento y apoyo. Y, sin lugar a dudas, esas razones merecían más apoyo no sólo del gobierno, sino que de todos los parlamentarios.
¿Por qué faltó respaldo?
Creo que en 2014 hubo poca convicción del gobierno y los parlamentarios para apoyar a las universidades estatales. Faltó más claridad en exponer por qué debían ser ayudadas. Y esa discusión no estuvo en el primer plano nunca. Siempre fue un tema de que van a darles privilegios a unas por sobre otras.
¿Quién falló?
Los tres actores: rectores, gobierno y parlamentarios pudieron haber enfocado esto con un plano de mayor altura. Una vez que me llamaron a una comisión parlamentaria dije que me resulta increíble que alguien se oponga a que ayuden a otra universidad. Eso es llevar la competencia, rivalidad o sistema de mercado entre universidades a un grado extremo. No se me podría pasar por la cabeza que un rector de la U. de Chile hubiera estado en contra de la ley de financiamiento de la U. de Concepción, por ejemplo, es una locura. Análogamente, es muy increíble que haya habido esta reacción contra la voluntad del gobierno de apoyar a las universidades estatales, y eso se debió haber conversado y no se hizo.
¿Los parlamentarios estarán dispuestos a este plano distinto?
Claramente la discusión se planteó en términos de cómo se asignan las platas y a quiénes. Por lo tanto, el tipo que está diciendo asígnesele más plata a esta universidad no está siendo exigido a plantearse el problema de qué universidad estamos hablando. Y estos ultrasimplismos, que no resisten ningún análisis, de qué es público y qué no, que es una ridiculez como ha quedado demostrado ampliamente.
¿Qué espera usted?
Creo que todos los rectores, y en el Cruch hay muy buen ánimo, es que conversemos qué universidad queremos, la responsabilidad que tenemos en que un joven que vaya a una universidad le garanticemos como país que va a recibir una educación adecuada y cómo se logra eso y cómo se incluye más gente para que ingrese a la universidad. Tenemos que partir convencidos de que ese es el gran tema a conversar.
¿Qué esperan las estatales de los parlamentarios?
Lo que me importa es que se reconozca que hay una categoría que son las universidades estatales, con eso yo quedo tranquilo. Yo creo que está el ánimo de decir: está en la categoría de universidades estatales; otra de las universidades no estatales, que sí están dispuestas a cumplir ciertos parámetros de acreditación, de calidad, de gratuidad y otros; y hay otras universidades que no corresponden a esto y son privadas-privadas y hacen lo que quieren.
¿Qué distingue a las estatales?
Por supuesto que las universidades estatales son públicas y estatales. Y en ese esquema yo me siento muy cómodo. Ahora, si muchas universidades quieren parecerse al ideal de universidad pública, yo feliz, porque cómo no va a ser bueno que quieran parecerse a lo que uno es. Nosotros somos naturalmente las universidades públicas. Para ser franco, también en Chile por lo menos hay tres universidades que tienen una trayectoria que las hace parecerse mucho a las universidades estatales. Son laicas, sin ningún fin de lucro, representan pensamiento de la población en su conjunto, no representan pensamientos aislados y son las universidades de Concepción, la Federico Santa María y la Austral.
¿Las universidades estatales están dispuestas a bajar sus aranceles para que la gratuidad comience en 2016?
Uno tiene que ser muy responsable, el tema es que si te dicen 'ya, cuánto está dispuesto a sacrificar por este ideal', por supuesto que uno está dispuesto a sacrificarse por un ideal, pero el verdadero tema va a ser cuánto tienes ya apretado el cinturón. Hay muchas universidades, y la nuestra no sería en absoluto una excepción, que si tú le reduces el presupuesto no saber qué ítem interno reduces.
¿Han pedido que el gobierno suplemente esas platas?
Por lo menos las universidades estatales difícilmente van a poder resistir bien una reglamentación que implique disminuir sus recursos. De alguna manera tienen que hacerse las cosas para que lo que el Estado les paga a las universidades no signifique un detrimento de sus recursos. Y más aún, puede ser una gran oportunidad para aumentar los recursos en algunas universidades que lo necesitan.