En abril de 2007, la región de Aysén fue sacudida por un fuerte sismo, que posteriormente provocó un tsunami, cuyas olas llegaron a los seis metros de altura. A raíz del movimiento telúrico de 6,1 grados en la escala de Richter, fallecieron cuatro personas, hubo derrumbes de tierra, varias viviendas resultaron destruidas y, además, hubo cortes de luz y de agua en la zona. Esta fue una de las primeras alarmas que hizo que el gobierno de Michelle Bachelet tomara cartas en el tema de la prevención y educación para la población, sin embargo los esfuerzos sólo quedaron en conversaciones entre el Ministerio del Interior de la época y miembros de la Universidad de Chile, encargados del Servicio Sismológico Nacional.
En la ocasión, Belisario Velasco, secretario de esa cartera, junto con los investigadores acordaron proveer al país con el equipamiento necesario para el estudio de fenómenos sismológicos, que ayudara a entender la realidad nacional desde esa perspectiva, y así recabar información necesaria para responder adecuadamente a las necesidades del país. Sin embargo, la implementación sufrió un traspié: el 27F y la brutalidad con que el terremoto y el agua azotaron a la zona centro sur, atrasaron esto y además hicieron evidente la vulnerabilidad de la red sismológica existente.
Una cadena de errores marcó la madrugada del desastre, donde el débil sistema de monitoreo tuvo responsabilidad e influencia en las decisiones que los encargados del gobierno, la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) tomaron esa noche. Debido a esto -y con el fin de enmendar las fallas- en 2012 el organismo de seguridad y la Universidad de Chile -a cargo del Centro Sismológico Nacional- firmaron un convenio de colaboración con tres objetivos: fortalecer de la red sismológica de la casa de estudios; establecer comunicaciones robustas; e implementar nuevas estaciones en la red sismológica nacional, según indica el último reporte entregado por la comisión mixta.
Para entender cómo se ha realizado la implementación, a continuación mostramos un desglose de los equipamientos y medidas incorporados hasta el momento:
FONDOS E INSTALACION DE ESTACIONES
Según los dos últimos informes de avance y nivel operativo de la Red Sismológica Nacional -correspondientes a octubre de 2013 y enero de 2014- que se hicieron para dar cuenta de los presupuestos ocupados en el proceso de equipamiento, los organismos involucrados recibieron el 100% de los fondos, correspondientes al ítem fortalecimiento de la red universitaria, equivalentes
$1.726 millones y un 20% ($420 millones) de los fondos de establecimiento de comunicaciones robustas, correspondientes a $2.100 millones.
Hasta el 30 de septiembre de 2013, se habían
ejecutado $865.830.664 pesos.
Con ello ha sido posible la
incorporación de siete nuevas estaciones
de las 10 comprometidas por convenio, y la revisión de 21 de las 24 estaciones construidas por la Onemi.
El documento también consigna que
se han instalado 26 estaciones provisorias en la Región Metropolitana
para realizar pruebas de comunicaciones y de los equipos sismológicos.
Asimismo, se incorporaron y conectaron estaciones de seis componentes en: la Universidad de Concepción, la Universidad Adolfo Ibáñez, en las Termas de Panimávida, en Isla Mocha, en Valparaíso, en Cerro Colorado, en el aeropuerto de Arica, en el aeropuerto de Iquique, en el Aeropuerto de Copiapó, en Combarbalá e Isla de Pascua.
CAMBIOS DE INSTRUMENTAL
El informe también indica que se han hecho
cambios de instrumental
en Carrizalillo, El Maitén, Los Vilos, Parque Fray Jorge, en Rodomiro Tomic y Zapallar. Además, se instalaron
instrumentos GPS
en en las estaciones sismológicas Cerro Sombrero, Puerto Williams, Cerro Castillo, Isla San Félix, Salas y Gómez, Rapa Nui, Quellón, Mamuil Malal, Isla Mocha, Pan de Azúcar, el Aeropuerto Copiapó, la Minera Guanaco, Tierra Amarilla y Hualañé, con el fin de mejorar el funcionamiento de la red.
ACELEROGRAFOS Y GPS
De los 297 acelerógrafos
-instrumentos que miden aceleraciones del terreno para registrar los movimientos producidos por temblores fuertes o con epicentros cercanos- que están siendo instalados en nuestro país,
algunos serán conectados mediante radio o satélite
, según explica el texto de la comisión mixta.
TECNOLOGIA SATELITAL
Respecto a la intención de utilizar tecnología satelital, el escrito indica que se está trabajando en la posibilidad de contar con
tres "hubs" satelitales (estaciones satelitales terrestres) que le den mayor robustez al sistema de comunicaciones
, de los cuales, dos de ellos serán instalados en las dependencias del
y un tercero, fuera de él. En cuanto al proceso de licitación de comunicaciones robustas, éste ya ha sido finalizado.
CAPACITACION
Además de las instalaciones de estaciones y mejoramientos de éstas, el convenio también apunta a la
capacitación de personal de la Onemi y de adiestramiento sismológico al interior del centro.
HASTA EL MOMENTO
Según indica el informe de progresos del plan de cooperación entre el organismo gubernamental y el Servicio Sismológico -correspondiente a octubre de 2013- hasta esa fecha se habían revisado 50 instrumentos. En cuanto a los sismógrafos que hay en el país, de los 40 que existen, 26 tienen despliegue rápido en terreno en caso de crisis sísmicas. Además, hasta esa fecha, el sistema de comunicación satelital ya había sido verificado, puntualiza el texto que registra los avances del convenio suscrito entre la Onemi y el Centro Sismológico de la Universidad de Chile, para mejorar la medición de los movimientos telúricos en nuestro país.