De seis a cuatro semanas fue rebajada la condena contra Jonathan May-Bowles, un humorista de 26 años, que lanzó espuma de afeitar al magnate Rupert Murdoch durante su comparecencia en el Parlamento británico el 19 de julio pasado, en el marco del caso de escuchas ilegales del ahora desaparecido tabloide "News of the World".
La resolución fue adoptada por un tribunal de Southwark, aunque el cómico conocido con el nombre de Jonnie Marbles, pretendía que se le revocara toda la pena impuesta por la Corte de Magistrados de Westminster, en Londres.
En el incidente el agresor trató de lanzar a Murdoch un plato de papel con espuma de afeitar, pero la esposa del magnate, Wendi, se interpuso con decisión entre su marido y el atacante, al que llegó a dar un manotazo. Durante la vista oral del caso, May-Bowles admitió que cometió acoso y causó alarma y alteración del orden público.
La comparecencia de Murdoch, presidente de News Corporation, y su hijo James ante el Parlamento por las escuchas ilegales del ahora extinto dominical tuvo que ser suspendida durante unos minutos debido a este incidente, que no causó heridos.
Tras declararse culpable de los hechos la semana pasada, el cómico recurrió a las mismas palabras que empleó Murdoch ante el Parlamento británico: "Simplemente me gustaría decir que éste ha sido el día en que me he sentido más humillado de toda mi vida".
ESCUCHAS
Esta noticia se conoce en medio de nuevas aristas del caso de espionaje. En las últimas horas el ex Beatle Paul McCartney se comunicó con Scotland Yard para denunciar supuestas escuchas telefónicas ilegales a su persona por parte de reporteros del News of the World.
McCartney, de 63 años, sospecha que la casilla de mensajes de su celular personal fue hackeada por periodistas. La denuncia sale a la luz poco después que su ex esposa Heather Mills denunció a la BBC que en 2001 un reportero de alto rango del conglomerado Mirror Group, que publica en Reino Unido los periódicos The Daily Mirror y Sunday Mirror, le admitió haber realizado escuchas telefónicas ilegales a mensajes de teléfono que le había dejado a ella McCartney.
La BBC, que se negó a nombrar al periodista acusado, sostuvo que no se trata de Piers Morgan, por entonces editor de The Daily Mirror. Por su parte, el ex Beatle declaró desde Estados Unidos que hablará con la Policía acerca de las denuncias hechas por Mills. Tras la polémica, el presidente del Comité parlamentario de Cultura, el conservador John Whittingale, instó a Morgan, que se encuentra en EEUU, a regresar a Reino Unido "para responder preguntas muy serias" por el escándalo de las escuchas.