Gracias A una iniciativa de distensión entre las dos Coreas, un programa informático fue el encargado de sortear la ronda de 82 surcoreanos que tuvo la posibilidad de reunirse con sus familiares norcoreanos en el simbólico monte de Kumgang, luego de estar más de sesenta años separados por la frontera.

Las negociaciones entre Seúl y Pyongyang permitieron el encuentro, a pesar de que Corea del Sur no respondió del todo a las exigencias de Norcorea por anular las maniobras militares conjuntas que mantiene con Washington.

Estas reuniones datan desde 1985. Debido a tensiones entre ambos países fueron suspendidas durante 15 años. La Cumbre Intercoreana celebrada en 2000 permitió que éstas se reiniciaran, pero en 2010 el programa fue interrumpido nuevamente. Durante esos 10 años, 21.700 personas se reunieron con sus familiares.

Para algunas familias, las enfermedades y los años dificultaron el encuentro. La norcoreana Ri Jong Sil, de 84 años, le preguntaba a su hermana Lee Yong Sil, "¿Hermana, por qué no me escuchas?". Pero Lee padece del mal de Alzheimer y tiene dificultades para reconocer a las personas, según cuenta The Guardian.

La diferencia entre sus apellidos se debe a que cada país se rige por sus propias reglas gramaticales.

Millones de coreanos sufrieron la separación de sus familiares como resultado de la guerra en la península entre 1950 y 1953, en donde el sur recibió el apoyo de Estados Unidos, mientras que el norte fue apoyado por la República Popular de China y la Unión Soviética. El conflicto finalizó con un armisticio que creó una zona desmilitarizada: una franja de separación de cuatro kilómetros entre ambos países. Sin embargo, el régimen comunista de Norcorea ha transformado a ese país en el más cerrado del mundo, viviendo en constante tensión con su vecino del sur. Norcorea prohibe a sus ciudadanos visitar o intercambiar cartas con familiares al otro lado del paralelo 38.

"Espero desesperadamente una reunificación. Somos de la misma sangre", aseguró Jan Hye Sun, de 63 años, al periódico británico.

Según la cadena BBC, los familiares surcoreanos recibieron un listado con sugerencias de temas que podrían abordar en las conversaciones: "Evita todos los temas políticos o económicos de adversidad en el Norte", rezaba el anuncio. "Si los integrantes de tu familia comienzan a cantar canciones propagandísticas, no te unas", agregaba la recomendación.

Las familias reunidas intercambiaron regalos, medicamentos, fotos de la familia, fideos instantáneos e incluso dulces. "Son cosas difíciles de encontrar en Corea del Norte. Espero que le gusten a mi hermana", declaró Kim Se Rin, de 85 años, a la agencia France Presse. La segunda reunión de este grupo de participantes está fechada para mañana.

"Esta será nuestra primera y última reunión", señaló ayer apesadumbrada a la agencia AFP Kim Dong Nin. En tanto, un segundo grupo de 360 surcoreanos espera llegar a las montañas este domingo a reencontrarse con sus familiares.