Si en las dos últimas elecciones parlamentarias, la de 2009 y la de 2013, hubieran estado vigentes el mapa electoral y la distribución de escaños que plantea la reforma electoral del gobierno, la Nueva Mayoría tendría hoy 28 senadores y la Alianza 21.

Esos son algunos de los datos que arroja una simulación realizada por el cientista político Kenneth Bunker para La Tercera, en el supuesto de que el Senado estuviese integrado por 50 miembros.

Con ese ejercicio, un 56% de los escaños del Senado estarían hoy en manos de la Nueva Mayoría, en circunstancias en que el bloque obtuvo un 45% de votación promedio en los comicios de 2009 y 2013 (el actual Senado está integrado por personas electas en esas dos elecciones).

Según las cifras, la sobrerrepresentación del oficialismo habría llegado a un 11% en la Cámara Alta. Es decir, 11 puntos más que los que les corresponderían por su porcentaje de votos.

Por su parte, la Alianza contaría con 21 senadores de los 50 escaños. Esto equivaldría a un 42% de la composición de la Cámara Alta. Considerando que el bloque opositor obtuvo un promedio de 40% de votos en 2009 y 2013, la centroderecha tendría una sobrerrepresentación de un 2%.

Los independientes mantendrían, en tanto, un escaño, por Magallanes.

Pese a que la sobrerrepresentación beneficiaría en mayor medida al oficialismo y en menor medida a la Alianza, la situación no es muy distinta a los equilibrios y la sobrerrepresentación que exhiben hoy ambos bloques en el Senado con el sistema binominal.

Con el modelo electoral vigente, la sobrerrepresentación de la Nueva Mayoría es de un 10,3%, versus el 2,1% de la Alianza. Por lo tanto, con la reforma, la Nueva Mayoría subiría un 0,7% y la centroderecha bajaría 0,1%.

De acuerdo al ejercicio realizado por Kenneth Bunker, en la mayoría de las regiones se mantendría una distribución balanceada, con leve superioridad de la Nueva Mayoría sobre la Alianza.

Un caso especial sería Antofagasta, donde el oficialismo tendría dos senadores y la oposición ninguno.

La centroderecha, sin embargo, superaría al bloque de gobierno en Valparaíso y La Araucanía. En ambas regiones, la Alianza habría obtenido tres senadores, versus dos de la Nueva Mayoría.

Si bien Bunker dice que estas simulaciones son una forma de aproximarse a la realidad, advierte que las cifras deben ser analizadas con cautela, ya que al cambiar las reglas electorales, también cambia el comportamiento de candidatos y partidos, por lo que los resultados no son una predicción ni un exacto reflejo de lo que hubiese ocurrido.