Señor director:

A principios de 2017 presentamos indicaciones al proyecto de Ley de Reforma a la Educación Superior. Dos meses después seguimos sin respuestas por parte del Mineduc. Mientras tanto, entre cuatro paredes la Nueva Mayoría define "podar" el proyecto, en una estrategia electoralista para aprobar la reforma a toda costa.

Con esta decisión el gobierno buscará legislar para las universidades estatales y para las demás instituciones. En el primer caso se seduce y silencia al Cuech, y en el segundo, la resolución de los problemas estructurales queda en meras generalidades; vaciando la reforma, pero dejando contenta a la DC y evitando que la derecha vaya al Tribunal Constitucional. Así, el gobierno amarra la principal promesa de su programa para poder decir en campaña un hipócrita "cumplimos".

Paralelamente, el colapso de la educación privada se agudiza: la Ucinf se fusionó irregularmente con la Universidad Gabriela Mistral; la Universidad Arcis fue condenada al cierre; se destaparon los conflictos económicos de la Universidad Iberoamericana y los cobros abusivos en la Universidad de Las Américas. En consecuencia, más de nueve mil familias se convierten en nuevas víctimas del mercado en la Educación, el mismo que la reforma no se atreve a cambiar.

Desde el mundo educacional el rechazo a la reforma es transversal. Los estudiantes tenemos dos opciones: ser testigos de la descomposición progresiva del sistema o detener los cálculos electorales y empresariales que siguen manteniendo al mercado en la educación.

El Movimiento Estudiantil tomó una decisión: el 11 de abril volveremos a las calles de todo Chile. Hasta que la Educación sea un derecho y no un privilegio.

Daniel Andrade

Presidente Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile