Tres de los principales municipios que albergan a liceos emblemáticos, cuestionaron la disposición incluida en el proyecto de inclusión, que permite a estos colegios seleccionar el 30% de su matrícula.

La alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, indicó que, pese a valorar el proyecto en general, "la fórmula que se había planteado en la Cámara era muy superior, ya que reconocía que estos establecimientos son de alta exigencia y eliminaba toda posible discriminación o arbitrariedad en el sistema de selección, puesto que ésta se hacía a través de un mecanismo aleatorio dentro de los estudiantes del 20% de mejores resultados de la enseñanza básica".

Su par de Ñuñoa, Pedro Sabat, indicó que "da la impresión que, más que parecer inclusivos, como dice la propaganda oficial, lo que estamos haciendo es no darles alternativas de mayor exigencia a los mejores". "El que tenga plata va a poder estar en un colegio de exigencia y el que tiene que estar en la educación pública, no va a tener ninguno", agregó.

Al respecto, dijo que cada colegio debe ser libre de realizar un proceso de selección acorde a sus proyecto educativo.

Finalmente, el director de Educación de Providencia, Mariano Rosenzvaig, manifestó que "sin un cambio importante en las condiciones de trabajo docente y en una adecuada nivelación de los estudiantes que entren por sorteo, lo que puede ocurrir es que exista un choque entre las expectativas de un buen resultado y la frustración de no poder obtener el estándar que se está exigiendo".

Agregó que el ideal era partir con una norma como la aprobada en la Cámara, para luego avanzar hacia el ingreso de más estudiantes.

Mientras la alcadesa Tohá y Rosenzvaig valoraron como positiva la apertura del gobierno a analizar el mecanismo de selección de los emblemáticos en la discusión de nuevas leyes, el alcalde Sabat dijo no creer en la propuesta. "Me da la impresión de lo que venga en educación pública va a ser cada vez más regresivo", señaló.