SEÑOR DIRECTOR
El programa Fondecyt es el motor de la investigación en el país, pero su financiamiento ha presentado un estancamiento importante en años recientes, conllevando una caída en sus tasas de adjudicación. Las consecuencias de la falta de audacia y voluntad para apostar por el desarrollo científico ya son sentidas por la comunidad, y con especial fuerza por los investigadores jóvenes, quienes vemos prácticamente esfumadas nuestras posibilidades de contribuir a través de investigación en múltiples áreas del conocimiento.
No obstante, es probable que haya llegado el momento de que como comunidad científica no solo llamemos al gobierno a apostar con más fuerza por nuestra ciencia, sino que además impulsemos un debate sobre cómo modernizar tanto Fondecyt como otros instrumentos de financiamiento a la investigación. Debemos rescatar las mejores lecciones del programa, conservar sus aspectos positivos, estudiar cambios que permitan optimizar el uso de recursos y mejorar sus imperfecciones. También mirar más allá del Fondecyt Regular. Descuidar a los investigadores jóvenes puede significar, como dice el popular refrán, "pan para hoy, hambre para mañana".
Cualquier solución a la coyuntura presupuestaria debe ser integral, dando continuidad al esfuerzo impulsado por los últimos gobiernos en materia de formación de postgrado.
Pablo Astudillo Besnier