Con cuatro tanquetas y la llegada de 40 efectivos del Gope, Carabineros se reforzó este domingo en la localidad de Cañete, provincia de Arauco, donde los graves enfrentamientos entre comuneros mapuches y carabineros dejaron en las últimas horas, al menos trece policías heridos.
Este sábado, las escaramuzas entre encapuchados y efectivos policiales se extendieron durante todo el día, con el repliegue de uno y otro bando, después de que cortaran los caminos desde la noche del viernes con barricadas incendiarias y arboles cruzados.
La gravedad de las heridas de algunos carabineros y el uso de armas de fuego, algunas de alto calibre utilizadas por los sujetos, determinaron que el alto mando de carabineros enviara a la zona, a 670 kilómetros al sur de Santiago, cuatro carros blindados y 40 hombres del Grupo de Operaciones Especiales de carabineros (GOPE).
Estos últimos se han encargado este domingo de abrir paso a las tanquetas en caminos que estaban cubiertos de troncos cruzados, mientras el director general de Carabineros, Gustavo González observaba desde un helicóptero las maniobras de sus hombres.
El funcionario policial, Luis Lemún Jaque, (28) fue herido en ambos ojos por perdigones, en cuerpo y herida de perdigón en ambos pulmones, según el parte del Hospital de Carabineros en Santiago. Tras ser estabilizado y visitado por el general director de la institución, Gustavo González, el policía fue llevado a pabellón, donde se le drenó sangre en ambos pulmones, mediante una pleurotomía bilateral.
También se le practicó una resección en ambos ojos, para limpiar el tejido muerto por las heridas de perdigones.
Otro de los carabineros heridos graves fue el cabo Jorge Moena, quién sufrió una fractura en una de sus piernas por el impacto de una bala.
El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet condenó en la tarde del domingo, los hechos registrados en la zona de La Araucanía y reiteró que en Chile "la violencia no tiene cabida".
El ministro Álvaro Elizalde, quién manifestó la solidaridad del Gobierno con quienes fueron víctimas de esta agresión y con sus familiares, reiteró que "en Chile la violencia no tiene cabida. Por tanto, quienes cometan hechos delictivos van a tener que responder ante la Justicia", precisó.
En La Araucanía se desarrolla desde hace años un conflicto entre comunidades mapuches que reclaman tierras que consideran ancestrales y las empresas agrícolas o forestales que las poseen legalmente, con un balance de varios comuneros, policías y agricultores muertos de forma violenta.