Siria aceptó el plan de la Liga Arabe para el envío de observadores a su territorio, tras el último plazo dado por esta organización y que se cumplió ayer, para evitar la imposición de sanciones al régimen de Bashar al Assad.

El vocero de la cancillería, Jihad Makdissi, declaró a los periodistas en Damasco que su país "respondió positivamente" a la iniciativa de la Liga Arabe y que está abierto a la admisión de observadores que garanticen el cumplimiento de un alto el fuego por parte del gobierno.

"Hemos hablado con la parte argelina sobre esto, y ahora la pelota está en el tejado de la Liga Arabe", señaló Maqdissi, quien expresó la esperanza de que "la incitación y la movilización se reducirán para permitir a Siria continuar con sus reformas".

El responsable sirio no quiso dar detalles sobre la respuesta de la Liga Arabe a las modificaciones al protocolo para el envío de observadores propuestas desde Siria

"La solución es puramente siria y tenemos interés en unirnos a la acción árabe. Tenemos fe en la marcha de la reforma, liderada por el presidente Bashar al Assad".

Además, Maqdissi señaló que existe la posibilidad de que la firma del protocolo tenga lugar en Damasco y que las sanciones sean "consideradas inmediatamente nulas e inválidas durante la firma". Aun así, el responsable sirio advirtió de que el borrador del protocolo no supone el final del proceso, ya que se trata de un procedimiento ligado a la iniciativa árabe.

Desde El Cairo, fuentes diplomáticas de la Liga Arabe, que pidieron el anonimato, confirmaron a Efe que Siria respondió a la petición, aunque dijeron desconocer el contenido de la respuesta. La fuentes agregaron que en estos momentos el secretario general de la Liga Arabe, Nabil al Arabi, está en una reunión urgente con sus asistentes para estudiar el mensaje del régimen sirio.

PLAZO Y SANCIONES

El sábado último, el grupo de contacto de la Liga Arabe para Siria había dado un nuevo plazo a este país para aceptar el envío de observadores y evitar las sanciones aprobadas el pasado 27 de noviembre. Entre esas medidas están la reducción a la mitad del número de vuelos comerciales que unen los países árabes con Siria o la prohibición de viajar a 19 altos cargos sirios.

También figura el cese de los intercambios comerciales y financieros con el régimen -con excepción de las mercancías necesarias para la población-, así como el de las transacciones con el Banco Central Sirio.

El asunto de los observadores árabes se había enquistado después de que Damasco presentara una serie de condiciones para recibirlos el pasado 17 de noviembre, que fueron rechazadas por la Liga Arabe porque rompían "fundamentalmente la naturaleza de la misión de la delegación".

DELEGACION
Esa delegación, que estaría formada por 500 observadores, tiene como objetivos la protección de los civiles y la aplicación del plan árabe, que exige el fin del derramamiento de sangre en Siria y la retirada de las tropas de las calles, entre otros aspectos.

La cifra de víctimas de la represión de las manifestaciones antigubernamentales en el país desde el pasado mes de marzo supera con amplitud las 4.000, señaló el jueves pasado la alta comisionada de la ONU de Derechos Humanos, Navi Pillay, quien agregó que la situación en el país se dirige hacia una guerra civil.

Ayer, al menos cuarenta personas perdieron la vida por disparos de los seguidores del régimen de Bachar al Asad en distintas provincias de Siria, informó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos.