"Por favor, no se separen del grupo!", grita Claudio Muñoz, guía en la Ruta del Vino del Valle de Curicó y que viste una apretada malla de ciclista.
Pero es difícil obedecerle. El aire fresco golpea en la cara. Pedaleando entre álamos, el silencio y la soledad son un placer, un instante de relajación.
En dirección contraria, varios trabajadores avanzan en sus propias bicicletas. Observan a los turistas con curiosidad. La bici para ellos no es un objeto de paseo ni una alternativa ecológica para trasladarse. Acá no hay ciclovías, la bici es para trasladarse al trabajo, a la casa y donde los amigos. Un objeto de primera necesidad. Y uno arriba de la mountain bike, con casco, abrigadísimo de pies a cabeza, se siente como un bicho raro.
En Curicó buscan rescatar ese espíritu. Toda la Región del Maule ha desarrollado un plan enfocado en ofrecerles a los turistas la alternativa del cicloturismo, recorriendo viñas, montañas, playas.
Claudio, cuyo padre corrió la vuelta ciclística de Chile, ha vivido sobre bicicletas toda su vida y se siente entusiasta.
MAULE TE EMBRIAGA
Mario Edwards cuenta que para el terremoto, la vieja iglesia que se ubica en los terrenos de la viña que lleva su nombre, casi no se movió. En cambio, a su lado, una pequeña escuela no corrió la misma suerte.
Luego de pasear por sus parras y árboles frutales llegamos a la viña Altacima. Aquí, la enóloga hace un tour y cuenta la historia de una familia de alemanes que se enamoró de la zona y decidió desarrollar en ese lugar su proyecto vitivinícola. Destaca su cepa de nombre impronunciable: Gewürztraminer, que después ofrece en una degustación. Mientras, en una salita con una estufa a leña, un grupo de mujeres termina el proceso de embotellamiento, colocando las botellas en un cubículo de madera y pegando las etiquetas de forma artesanal.
El camino a viña San Pedro es la etapa más dura del trayecto. Algunos desisten y toman la van. Pero el esfuerzo de la bicicleta vale la pena: entre vides y bosques frondosos podemos observar aves y zorros que posan para las cámaras. Por culpa del barro, varias veces hay que bajarse para avanzar. En el camino se ven trabajadores de la viña que saludan amablemente. Al final, nos espera la casona de viña San Pedro y un almuerzo campestre para reponer energías. Pamela Plana, encargada de turismo, guía al grupo por las cavas subterráneas en una hermosa edificación de arcos construida con ladrillos. Aquí, se enfilan varios barriles donde reposan los vinos reserva, y al final de la fría pieza, uno de los tesoros más preciados: las botellas de Cabo de Hornos, año por año de cosecha.
Luego viene la cata con el enólogo y aunque el eslogan turístico de la región es "Maule, naturaleza que te embriaga", la broma de rigor es inevitable: "Maule te embriaga". A secas.
DE ISLA ORREGO A LA PUESTA DE SOL
Varias cruces blancas están enterradas en la Isla Orrego de Constitución. Son en recuerdo de quienes murieron durante el maremoto del 27 de febrero. Desde este lugar comienza un recorrido lleno de contrastes, en una ciudad que trabaja por levantarse día a día.
Varias casas en el borde del río Maule tienen carteles que dicen "no a la expropiación". Es la pugna por el Plan de Reconstrucción Estratégica Sustentable liderado por la Forestal Arauco y el gobierno regional, donde se planea crear un parque de mitigación en la costa. Hacia el otro lado del camino, desde los campamentos que dejó el 27F cuelgan los lienzos: "Todavía estamos aquí".
Una vez pasada la planta de celulosa Celco, se muestra una cara renovada de Constitución. La costa se ha reconstruido y varios niños juegan en la playa. Comienza a atardecer y toca llegar al mirador Calabocillos, el más alto del camino y donde los colores rojizos del cielo que se mezclan con las olas hacen que varios automovilistas se estacionen en la orilla del camino para observar el paisaje.
Bajamos a gran velocidad hasta llegar al muelle, lentamente oscurece entre los bosques.
VIÑAS ENTRE EL LAGO Y LAS MONTAÑAS
El lago Colbún, ubicado en la cordillera del Maule, es engañoso. A primera vista, uno jamás pensaría que es artificial. Así de armónico se ve con el entorno. Desde el lodge Chez L'Habitant, propiedad de la familia Riquelme, se disfruta de una vista incomparable del lago, que en la tarde se toca con el sol, enceguece la vista y calienta todo. En ese lugar se ofrecen numerosas actividades de ecoturismo, como trekking, kayak y, por supuesto, bicicleta.
Tras subir la montaña llegamos a Ribera del Lago, viña boutique propiedad de Rafael Tirado (enólogo del año 2010, según el Círculo de Cronistas Gastronómicos), donde en la confluencia de la cordillera y el lago Colbún se producen exclusivos y premiados vinos. Como el Laberinto Sauvignon Blanc 2007, reconocido como el mejor blanco de Chile en el año 2010 por la guía Descorchados.
Las mismas parras forman un laberinto, un espacio que Cristián Riquelme califica como "mágico": "Un lugar para reflexionar, para encontrarse", dice. Habrá que subir algunos metros más para disfrutar de la degustación con ostiones y varias copas de vino. El lago brilla a la distancia y hay una sensación de victoria en el ambiente. Haber llegado tan lejos, sin duda vale la pena. Un final perfecto, para un viaje donde cada kilómetro avanzado es una prueba de que el cuerpo responde a la voluntad y que siempre hay un premio al final del camino.
GUIA
Ruta del vino de Curicó. Vino y Bicicleta, un día pedaleando entre viñas, desde $ 95.000 p.p. www.rutadelvinocurico.cl
Cicloturismo en Constitución. Tren Ramal Talca-Constitución, almuerzo y city tour. Paseo en bicicleta por borde costero. Desde $ 30.000 p.p. www.trekkerchile.com
Turismo Maule. Lago Colbún, viña Ribera del Lago. Desde $ 35.000 p.p., base de cuatro pasajeros. www.turismomaule.com
Para más programas en el Maule, visita www.gochile.cl