Con la llegada a Madrid de los últimos soldados desplegados en Kosovo, España completó su retirada del enclave balcánico, anunciada después de el gobierno español encabezado por el socialista José Luís Rodríguez Zapataero, no reconociera la autoproclamación de independencia efectuada por Prístina.

La ministra española de Defensa, Carmen Chacón, recibió en el aeródromo de Getafe, en las cercanías de Madrid, a los últimos 88 militares que quedaban en Kosovo y agradeció a toda la misión el esfuerzo y el valor con el que contribuyeron a lograr "un entorno seguro" para la población civil de la zona.

Chacón dio la bienvenida a este último contingente, acompañada de Eduardo Serra, quien fue el ministro de Defensa responsable del inicio de la operación hace diez años.

Familiares y amigos esperaban también al contingente que hasta hoy formaban parte de la Unidad de Apoyo al Repliegue en Kosovo (KSPUAR).

EXPERIENCIA Y CRITICAS
Durante los diez años de misión participaron unos 23.000 militares, de los que nueve fallecieron. Los soldados españoles realizaron más de 57.000 patrullas y participaron en 240 misiones de desactivación de explosivos.

La resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de 10 de junio de 1999, autorizó el despliegue de una fuerza multinacional liderada por la OTAN para contribuir al proceso de consolidación de la paz y la estabilidad en Kosovo.

El anuncio de retirada, el pasado 19 de marzo, provocó y sigue provocando polémica. El pasado martes, el futuro embajador de EEUU en España, Alan Solomont, criticó el modo en que el Gobierno español anunció por sorpresa la retirada de las tropas españolas de Kosovo.

Aquella decisión, recordó Solomont, "se tomó sin consultas con los aliados".